Diccionario histórico-artístico de Albacete

En feliz coincidencia con la publicación del Diccionario Biográfico Español elaborado por Real Academia de la Historia, la Fundación Albaceteña para el Control de la Historia del Alzamiento (Facha) ha presentado en los salones del Casino Carpetovetónico su vibrante Diccionario Histórico-Artístico de Albacete en 40 volúmenes, tantos como años duró el pacífico y próspero mandato del Caudillo. Según advirtieron los mantenedores del acto, el propósito de la confección de tan magna obra no es otro que restablecer la verdad sobre nuestro pasado reciente y contrarrestar la campaña de odio y venganza impulsada por las asociaciones de memoria histórica, que, en opinión de don Recesvinto Alcázar, presidente de Facha, «demuestran que el marxismo es un trastorno genético que se hereda de generación en generación».
 
El Diccionario abunda en episodios de exaltación patriótica. Don Torcuato Matamoros, responsable de la entrada referida al 18 de julio en nuestra ciudad, destaca que «cuando el 19 de julio se subleva la comandancia de la Guardia Civil, todo el pueblo se sumó a ese imparable movimiento, consciente de que su redención únicamente podía provenir del fecundo maridaje entre militares, propietarios y clérigos, porque los primeros proporcionan la paz; los segundos, el pan; y los últimos, la salvación del alma». Especialmente emotiva resulta la descripción de la liberación de Albacete el 29 de marzo de 1939, que se debe a la eficaz pluma de don Filemón de Torquemada: «Al paso de las tropas victoriosas, las avecillas del futuro Parque de los Mártires comenzaron a gorjear y las flores se inclinaron con reverencia, mientras un haz de luz alumbraba su camino». Por otro lado, el Diccionario desmiente cuantos mitos ha difundido interesadamente en los últimos tiempos la historiografía masónico-izquierdista. Así, por ejemplo, don Teodulfo Carcundio, autor de la referencia a las Brigadas Internacionales, zanja el debate sobre esos supuestos combatientes por la libertad aclarando que tuvieron su base en Albacete «porque lo único que les interesaba eran los gazpachos manchegos, y aquí es donde mejor se hacen».
 
Mención especial merecen todas las voces referidas al esplendor artístico de nuestra capital. Don José Antonio San Quintín pondera la gracia y esbeltez de los monolitos que aún flanquean nuestras carreteras, y se detiene particularmente en «el empaque clásico del monumento a los caídos que engalanaba nuestro principal jardín», a la vez que lamenta que «su traslado al cementerio haya privado a los niños del único espacio lúdico en el que podían jugar sin dejar de ser verdaderos españoles». Abundando en el proceso de embellecimiento que experimentó en poco tiempo nuestro casco urbano, don Celedonio Pelayo celebra la demolición de edificios obsoletos como la Casa de los Picos, el Palacio de los condes de Pinohermoso, la Posada de la Estrella, la Casa de la Marquesa y tantos otros por considerarlos «un lastre del pasado incompatible con la necesaria modernización de Albacete, que se propuso crecer hacia el cielo como un altivo ciprés o como una mística ojiva gótica». En ese sentido, don Celedonio deplora que la posada del Rosario siga obstaculizando el tráfico rodado, «cuando en su lugar bien podría elevarse un airoso rascacielos que respondiese a la justa fama de Albacete como Nueva York de la Mancha».
 
Huelga decir que los enemigos de España y de nuestra ciudad nunca descansan, y ya andan conspirando en eficaz contubernio para desprestigiar la obra de tan ilustres varones. El Instituto de Estudios Albacetenses alega falta de rigor metodológico y denuncia el sesgo ideológico de sus autores. Intentando remover el pasado y en el colmo de las peores actitudes revanchistas, critica, por ejemplo, que no conste ninguna referencia relacionada con cierta supuesta «represión» franquista, como si los más o menos mil enterrados en fosas comunes en nuestro cementerio (según datos del mismo IEA) no hubiesen sido juzgados en su momento por honestísimos tribunales militares. ¿Y es que acaso toda esa gente no cometió el imperdonable delito de «auxilio a la rebelión»? Entonces, ¿qué?
 
En fin, el Diccionario Histórico-Artístico de Albacete, para cuya publicación se ha contado con las subvenciones de diversas administraciones públicas, puede adquirirse en las librerías por tan sólo 6.000 euros . Los socios de Facha pueden pasarse por la sede para recogerlo gratuitamente.

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