El peso asistencial recaía sobre sangradores, cirujanos y boticarios

Miguel Ángel Sánchez, investigador del Seminario de Historia de la Población de la Facultad de Humanidades de Albacete, ha presentado recientemente su tesis sobre la profesión sanitaria en la provincia albaceteña en el siglo XVIII. Una descripción de los profesionales de la medicina, dirigida por el profesor titular de Historia Moderna de dicha Facultad y director del Seminario de Historia de la Población, Francisco García. Y con la que Miguel Ángel García ha conseguido la máxima calificación, sobresaliente cum laude .

- Ha hecho un amplio retrato del grupo de profesionales de la medicina en el que también se interesa por sus cualidades físicas y morales...
Sobre todo, de lo que me ocupo es de saber el número de médicos, cirujanos y médicos que había en Albacete y también de su ejercicio profesional. De los problemas que tenían con los municipios que los contrataban, los problemas que había entre los distintos tipos de profesionales, y sobre todo, de saber la implantación de la medicina en el siglo XVIII en Albacete.
 
- ¿En qué situación estaba la medicina en Albacete, respecto a otros lugares de España?
Era muy parecida a lo que se ha estudiado en Castilla y León, en el Reino de Navarra, la zona de Extremadura. E incluso, en Albacete salíamos mejor parados en cuanto a la distribución de sanitarios, un poco mejor que en Extremadura y Reino de Navarra. Pero tal vez peor que Aragón o Castilla y León.
 
- Dice que es un grupo poco atendido por la historiografía, ¿a qué se debe esto?
Normalmente, al tratarse de un colectivo sanitario, la tradicional división entre las letras y las ciencias, hace que, casi siempre, los médicos y todos los aspectos relacionados con la ciencia, sean poco tratados por los historiadores porque se ocupan de otros grupos profesionales como letrados, militares e incluso de los eclesiásticos.
 
- ¿Fue ésta una de las razones por las que empezó su tesis?
Sí porque la verdad es que había muy poco escrito sobre este tema, en concreto sobre la zona de la Castilla meridional, y de Albacete muy poco, solo un artículo de Santamaría pero del siglo XVI, del siglo XVIII había muy poco.
 
- ¿Cómo era la distribución de los sanitarios?
Esencialmente, los núcleos que tenían más población contaban con médicos, cirujanos y boticarios, mientras que las villas que eran más pequeñas contaban con sangradores y barberos, por lo que estaban peor atendidos. Pero esto es bastante normal en casi toda la península en el siglo XVIII. El peso asistencial recaía sobre todo sobre los cirujanos, barberos y sangradores, mientras que boticarios y médicos había menos. Entre otras cosas porque para ser médicos se necesitaba formación universitaria y lógicamente después dependía del sueldo que les daban las villas. Incluso había rivalidad por hacerse con determinadas plazas, y normalmente las villas donde mejor se pagaba como Alcaraz, Villarrobledo o Almansa podían contratar a los de mejor nota, como se decía en la época.
 
- En el estudio también habla de la vinculación de los sanitarios con la cultura, de sus viviendas...
Sí, hay varias cosas que trato, en la primera parte también me ocupo de la cultura, del acceso a los libros, de las bibliotecas que tenían, e incluso si eran escritores y lectores de periódicos. Y en cambio, en la segunda parte, hay un apartado que tiene más que ver con los aspectos sociológicos de los sanitarios en la que me ocupo de cómo eran sus casas, las tiendas de los cirujanos o las boticas de los farmacéuticos. También de sus familias o si ocupaban cargos políticos.
 
- ¿Qué es lo que más ha cambiado?
- Ha cambiado casi todo, desde el pago en especie, hasta la contratación municipal, los accesos mediante oposiciones o la preparación que tenían. La vivienda y el patrimonio también han cambiado mucho, entre otras cosas porque como en el siglo XVIII eran sobre todo sanitarios muy rurales, casi todo lo que eran las actividades secundarias que desarrollaban tenían que ver con el mundo campesino y había muchos que tenían tierras, lo que les servía para complementar sus ingresos. Tenían que tener una segunda ocupación para aumentar sus ingresos.
 
- ¿Se ha planteado publicar el estudio?
- Con los tiempos que corren hay poca gente que quiera hacerse cargo de publicarlo pero sí me gustaría. Si los Colegios de Médicos, la propia Universidad o el Instituto de Estudios Albacetenses promueve la publicación, claro que estaría interesado.
 
- ¿Cuánto tiempo le ha llevado la investigación?
Unos cinco años. La fase más costosa ha sido la recopilación de datos en diferentes archivos municipales, el Archivo Histórico Municipal, el Archivo Diocesano de Albacete y el Archivo Histórico Provincial... La recopilación me ha llevado unos cuatro años y la redacción del texto después, un año.

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