Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
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ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE
LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
ALCARAZ: CONSPIRACY AND OUTSIDE INTERFERENCE IN THE
DECADE OF THE 1520 INSURGENCY
Edward Cooper
Real Academia de Alfonso X el Sabio
Murcia, España
slovatt1@btinternet.com
Cómo citar este artículo: Cooper, E. (2021). Alcaraz: intrigas y mando a distancia
en la época de las Comunidades de Castilla. Al-Basit (66), 5-45. http://doi.
org/10.37927/al-basit.66_1
Recibido/Received: 30-11-2020
Aceptado/Accepted: 26-02-2021
ABSTRACT: In the interpretation
of the rising in 1520 of the Comu-
nidades de Castilla, the tenden-
cy has been to view the events
within the framework of a strati-
    
or imagined. Analysis of some
-
ticular Zamora, Murcia, Requena,
Cuenca, Plasencia, Baeza and oth-
ers, has shown that, whoever was
involved in street skirmishes,
the protagonists were often in-
    
the same vested interests from
elsewhere, apprehensive of the
prospect of losing control of eco-
nomic resources. That is to say,
the relevant divisions of society
were as much vertical as horizon-
-
terests in Alcaraz, although, as it
turned out, the expected clashes
RESUMEN: La interpretación del
levantamiento en 1520 de las
Comunidades de Castilla se suele
concebir en base a divisiones hor-
izontales, reales o imaginadas, de
la sociedad de Castilla. El análisis
de algunos centros de subversión,
en particular Zamora, Murcia, Re-
quena, Cuenca, Plasencia, Baeza y
otros, ha demostrado que, ocur-
riera lo que ocurriera en la cal-
le, los protagonistas estuvieron
   
por los mismos intereses crea-
dos desde fuera, motivados por el
deseo de mantener el control de
los recursos económicos. Es decir,
las divisiones en la sociedad que
imperaban eran tanto verticales
como horizontales. Este estudio
    

que se sepa, no hubo en la ciudad
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did not materialise there, as far as
is known (as elsewhere there is a
gap in local records).
KEYWORDS: Vested interests, Al-
caraz, duke of Alba, lord lieuten-
ant of Murcia, Gonzalo Chacón,
count of Paredes, marquis of los
Vélez, Hernando Gamarra, Medi-
na del Campo, Kermes.
las manifestaciones violentas que
se preveían (como en otros lugar-
es falta la documentación para las
establecer fechas precisas).
PALABRAS CLAVE: Comunidades,
intereses creados, Alcaraz, duque
de Alba, Adelantado Mayor de
Murcia, Gonzalo Chacón, conde
de Paredes, marqués de los Vé-
lez, Medina del Campo, Hernando
Gamarra, grana.
Como otros municipios económicamente boyantes en Cas-

susceptible a los altibajos políticos y a las presiones de los intere-
ses creados. Estos han sido resumidos, con el debido soporte docu-
mental, para dos épocas de fuertes reacciones en varios lugares del
reino, en particular la muerte de Felipe de Borgoña (Felipe I de Es-
paña, el 25 de septiembre de 1506 (Pretel, 1976, p. 3), y la rebelión
de las Comunidades de Castilla (1520-1522) (Pretel, 1977). La inter-
pretación inevitablemente selectiva del autor en cuestión hace caso
omiso de ciertas anomalías consideradas tal vez de importancia
marginal, pero que siguen exigiendo una explicación.
La derrota del segundo marqués de Villena en la Guerra de
Sucesión de los Reyes Católicos-
ñorial de los recursos de Alcaraz. El marqués intentó reestablecerse
al menos en Chinchilla. La estadística poblacional de Alcaraz en las
primeras dos décadas del siglo XVI parece estable y hasta podría-
mos hablar de un aumento1. Su término territorial era despropor-
cionado. Hacia el norte llegaba hasta Villarrobledo, una distancia de
casi 100 kms.2 Fue dotado de Fuero propio por Alfonso X y, posible-
1 Hay frecuentes solicitudes de avecindamiento por forasteros, normalmente
aceptadas, en esta época. Sobre el papel, el atractivo más importante tuvo que ser
la franqueza alcaraceña del repartimiento del servicio, aunque los corregidores
solían cumplir con las demandas de la Corona.
2 Villarrobledo fue vendido al marquesado de Villena en 1469, pero no cesó por

Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
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mente como resultado indirecto, el alcance de su corregimiento era
de una amplitud poco usual. Alcaraz era probablemente también
único en ser a la vez arcedianato y arciprestazgo, jurisdicciones en
la diócesis de Toledo no del todo congruentes, pues la autoridad del
arcediano cubría el santiaguista Campo de Montiel.
Aunque el terreno del término de Alcaraz no se prestaba al
        -
mentación de los animales en la trashumancia, las más importantes
situadas en Pinilla y Salobre. Entre Pinilla y Alcaraz pasa la Cañada
Real de los Serranos, o de Extremadura a Cuenca, que tiene su origen
en la Sierra de Albarracín. Se une cerca de Salobre con la Cañada
Real de Andalucía o de los Valencianos, para seguir hacia la Sierra de
Segura. Otro recurso mineral alcaraceño fue una mina de alumbre,
dada a Diego López de Haro, tío del primer marqués de Villena, por
la princesa Isabel en 14683. Más allá de ser término de Alcaraz, se
desconoce su localización. Sin embargo, al ser en ese año alcaide de
Riópar, aldea de Alcaraz con una fortaleza formidable, Juan Alfonso
de Haro y Acuña, hijo de Diego López (Ayllón 2008)4, esta depen-
dencia de Alcaraz es más que probable. Durante la Guerra de Suce-
sión, los Haro y Pedro Fajardo Quesada, Adelantado Mayor de Mur-
3 Real Academia de Historia Colección Salazar M45 fol. 303 (en adelante RAH Sala-
zar). Al citar en 1991 esta fuente, ignorábamos a Morales, 1987, que reproduce el
texto de otra versión que obra en el archivo del ducado de Alba. Es evidente que
se trataba de una iniciativa seria, aunque infructífera debido probablemente a la
carencia de infraestructura entre Alcaraz y el punto más cercano de la comercial-
ización, en ese momento Valencia.
4 El topónimo El Puntal de la Mina, una altura que domina Salobre, también pu-
ede referirse a los alumbres. Una alusión poco explícita trata sobre otro mineral:
rrelacion del bol arménico que lo ve Juan de Bustamante (Archivo Municipal de
Alcaraz Legajo 317 exp. 22: acta del 9 de septiembre de 1506. He utilizado la ver-
sión en internet de Actas y Series Documentales del Archivo Municipal de Alcaraz
bajo el LRU:
http://iealbacetenses.dipualba.es/results.vm?o=&w=alcaraz&f=&s=0&g=work&
c=0&lang=es&view=docs Las citas de este fondo a continuación AMA y la signa-
tura de archivo, que hace más fácil la consulta).
En España se conocen existencias en Jumilla (Altoplano Murciano/marquesado
de Villena) y Fortuna (Murcia Oriental). Es poco probable que se confunda con el
alumbre, aún en esa época.
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cia, copropietario con el marqués de Villena de derechos mineros
en el reino de Murcia, se encontraron en bandos opuestos, siendo
Alcaraz el escenario de las hostilidades. Parece ser que Juan Alfonso
perdió sus derechos a ostentar propiedades en Alcaraz, aunque pos-
teriormente logró recuperar el ascendiente.
Riópar, sin embargo, quedó en manos del segundo conde de
Paredes, tras un prolongado asedio que le brindó, según las tradi-
ciones bélicas de la época, el derecho de conquista (Pretel, 1976 (2),
17-19. El manejo de la fuente sobre la acción bélica es magistral). A
los de Alcaraz les parecía un truco:

[Católicos] que la toma de Riópar había sido una acción inspirada

de tantas empresas militares aisladas que las banderías nobiliar-
ias de la belicosa familia habían hecho emprender…, siempre an-
siosos de acrecentar sus dominios.
Sobre Riópar no iba a haber margen para el compromiso.
Alcaraz perdió un recurso esencial para su pujante industria textil,
y el conde ganó una recompensa vital por el despoblamiento en-
démico en sus dominios en la zona.
Otro recurso de que disponía el término de Alcaraz fue la
grana, el colorante usado en la industria textil, tanto la lanera como
la sedera, derivado de los quermésidos que infestan el chaparro. Su
extracción fue manzana de la discordia en muchas localidades en los
años prósperos de la industria pañera en Castilla, desde el último
cuarto del siglo XV hasta el segundo del XVI, y también en zonas de
Comunidades de Castilla. Según Diego
de Sotomayor, regidor de Alcaraz, una fuerza de hasta 200 hombres
armados, procedentes de la Roda, Minaya, Villarrobledo, San Clem-
ente y el Provencio, invadieron el alfoz de Alcaraz en el otoño de
1510 «para coger grana» (Sánchez Ferrer, 1987, p. 369).
No se limitaron así las intervenciones de forasteros en los
asuntos de Alcaraz, según se desprende de este documento inédito:
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ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
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yo el príncipe enbio mucho saludar a vos el concejo justicia rregi-

my cibdad de Alcaras mis vasallos como aquellos de quien mucho

lealtad que aveys mostrado e mostrays a lo que cunple a my se-
ruycio e guarda de esa dicha my cibdad e lugares e fortalesas de
su tierra disiendo que vos era fecho entender que yo quería ena-
jenar e apartar de my señorío esa dicha my cibdad e su tierra et las
fortalezas de ella et que vosotros mouydos con buen celo et leal
propósito por guardar e conservar la dicha my cibdad e tierra e
-
dad que me deuedeis posisteis grand rrecabdo en la guarda de ella
e de las dichas fortalezas e tierra con grandes trabajos e gastos
de vuestras personas e fasiendas et como quier que aquellas co-
sas que asy vos fueron fechas entender no eran ny son verdaderas
pero acatando vuestro deseo ser bueno et leal a my seruycio et que
vos mouysteis a ello con buen celo et leal propósito guardado la le-

seruycio agradable vuestro buen deseo et leal voluntad por lo que
vos entiendo onrrar ayudar e faser merced como a buenos et leales

deuierades faser los mouimyentos et escándalos que a my es dicho
que posisteis en obra por que vos mando a todos e a cada vno de
vos que luego vista la presente cesedes e vos dexedes de faser los
dichos mouymientos et escándalos e de aquí adelante vos non en-
tremetades a los faser ny poner en obra syn causa porque segund
dicho es las tales cosas no fueron ny son verdaderas ny aquella
fue ny es my entencion salvo tener e guardar e mandar guardar e
defender para my esa dicha my cibdad e fortalezas e tierra de ella
e de la no enajenar ny apartar de my señorío segund el bachiller
Iohan Martines Guerrero vos dira de mi parte al qual vos mando
dedes conplida fe e creencia a faser cosas que el de my parte e

Alcala de Henares a ix días de mayo ROTO et por que acerto de
lo sobre dicho vos ove inbiado decir ciertas cosas con el co-
mendador Alfon de Almaras las quales creo ya avreys sabido
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et aquella es la verdad e my voluntad. Yo vos mando aquello
se ponga en obra en la manera que vos lo asy enbie mandar
Yo el Principe
Por mandado del príncipe Alonso de Rribera5
Falta el año, pero una minuta del concejo de Alcaraz fechada
el 23 de mayo de 14976 corrobora la entrega del documento por
Gonzalo de Badajoz, mensajero del Príncipe Juan, primogénito de
los Reyes Católicos y, desde 1496, señor de Alcaraz y de una nutrida
selección de poblaciones apropiadas para un principe de Asturias.
No hay referencia a la frase que hemos resaltado (en negrilla) o al
detalle crucial del involucramiento de Alfonso Almaraz, comenda-
dor de la Magdalena, incondicional7 del duque de Alba, dando a en-
tender un encubrimiento. La misma existencia de este documento
demuestra que el siempre pujante duque de Alba se había inmis-
cuido en la corte del príncipe8-
5           -

-
cialmente por su honestidad (Archivo General de Castilla (Simancas) – Registro
General del Sello noviembre de 1494 fol. 256. En adelante AGC Sello etc.). El 30

de Paredes la posesión de Riópar (Pretel 1976 (2)). Es algo que el duque hubiera
rechazado si hubiera sido posible.
6 AMA legajo 14, expediente 8.
7 De todas maneras, lo había sido del primer duque, García Álvarez de Toledo,
fallecido en 1488, y cabe suponer que seguía siéndolo para su sucesor, Don
Fadrique (Cooper, 1991: 164-166).
8 Es notable la ausencia del padre del duque tanto en el bautismo del príncipe en
Sevilla el 9 de julio de 1478 como en su juramento como heredero de la corona
de Castilla y León en las Cortes de Toledo de 1480. En su formación impera un
equilibrio entre el dominico Diego de Deza, catedrático y obispo de Salamanca, y
el franciscano fray García de Padilla, moderado, si fuera posible, por Pedro Mártir
de Anglería (Rodríguez Sánchez, 2001, pp. 22-48). El príncipe era inteligente y
         
magnates locales. La inclusión de Salamanca en el listado de los señoríos cedidos

vástago, facilitado seguramente por Diego de Deza, en cuya casa en Salamanca
iba a morir el príncipe. En su testamento dejó iguales cantidades en efectivo a

infancia.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 11
dalena en ningún cargo administrativo de la Corona, por lo tanto, su
presencia no es por algún asunto estatal. Bien pudieron temer los
alcaraceños que el Príncipe, ya señor de Salamanca, pensaba pasar
Alcaraz al duque.
Lo que pudo precipitar la gestión es la noticia9 de que Alonso
Ruiz de Solís comendador (santiaguista) de Villanueva de la Fuente,
había anexionado terreno de la ciudad a su torre de Gorgojí, cru-
cialmente ubicada para entorpecer el paso de los rebaños serranos
entre la Mancha y la Andalucía jiennense. Dicho comendador no hu-
biera podido actuar de esta manera sin la aprobación, teóricamente,
del gobernador del Campo de Montiel y las Sierras, y probablemente
del comendador de Montiel, encomienda principal de la Orden de
Santiago, situada a menos de 20 kms. de distancia. El titular de Mon-
tiel en ese momento era Gonzalo Chacón, contador mayor y mayor-
domo de los Reyes y del Príncipe. En 1481 su segundogénito, Juan
Chacón, había adquirido la mitad del monopolio en la explotación
de los alumbres de Murcia, además del Adelantamiento Mayor de
Murcia, al casarse con la sobrina del segundo conde de Paredes, Lu-
isa Fajardo Manrique, legataria tanto de la dignidad como del ne-
gocio (una auténtica «rica hembra» de su época). Con el transcurso
del tiempo, el despegue del comercio de los alumbres en manos del
Adelantado iba a hacer que su derrocamiento fuera el objetivo prin-
cipal de la política ducal. Este asunto es el trasfondo de todas las
circunstancias que se narran a continuación.
El doble desposorio, algo prematuro, de Magdalena Man-
rique, hija del conde de Paredes, con el hermano mayor del Adel-
antado, otro Gonzalo Chacón, y de la hermana de éste con el futuro
tercer conde de Paredes (enlace que sí se realizó), acordado el 10 de
diciembre de 1491, siendo todos los desposados menores de edad10,
Es al príncipe que se debe la iniciación del empedrado de las calles tanto de Sala-
manca como de Alcaraz, realizado años después.
9 Minuta de acta municipal del 14 de febrero de 1497 (AMA legajo 14 exp. 8).
Alonso Ruiz es consuegro del 3er conde de Paredes (Losa Serrano, 2015 p. 95).
10 Real Academia de Historia loc.cit. fols. 80v.-82.
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proclamaba lo estrecha que era la fusión11 Chacón/Manrique. En
abril de 1497, el Adelantado se había encontrado sentado al lado
del conde de Medellín en las nupcias del Príncipe y Margarita de
Austria, celebradas en Burgos y presididas por el duque, consuegro
desde hacía tres años de este conde (Cooper, 2019, 41). La coyun-
tura no fue seguramente casual, y transmitió al duque una señal de
advertencia, pues el conde de Medellín, por estar cargado de deu-
das, era un eslabón débil en la hegemonía ducal en Extremadura, y
el enlace condal con el duque era crucial para mantenerlo (Cooper,
1991, ap. doc. 290)12. Hubiera sido una calamidad para este si su
Adelantado.
El Príncipe moriría el 4 de octubre. Que se sepa no insistió el
comendador de Villanueva en seguir ocupando Gordojí pero, frente
a la desaparición del real vástago, el duque no pudo quedarse de
brazos cruzados. Tampoco desapareció el obstáculo para sus ambi-
ciones levantado por el Adelantado, quien, en 1493 volvió a casarse,
tras dos años de viudez, con la hija del segundo conde de Pare-
des, sobrina de su propia suegra. Este refuerzo del poderío de los
Chacón/Manrique fue igualado dos años más tarde: Huéscar, centro
de crianza del «cordero segureño», fue enajenado, no a este conde,
que lo codiciaba, sino al de Lerín, el condestable de Navarra, para
llegar en 1513 a manos del mismo duque. Ventaja aplazada, pues
la impenetrable endogamia de los Chacón no pudo hacerse más ex-
plícita que con otro desposorio, probablemente también en 1497,
11 Lo que consolidó el enlace de la casa de Paredes con la de los Adelantados fue
seguramente la decisión en 1475 del primer conde, siendo Maestre de Santiago,
de desposeer a Juan Alonso de Haro de la encomienda de Caravaca y transferirla
a su recién nacido nieto Juan Fajardo hijo del Adelantado Pedro Fajardo (Torres
Fontes, 1953: 122). El conde moriría al año siguiente y el niño comendador dos
años después.
12 Tal vez solo el duque supiera lo débil que era realmente el eslabón. Leonor de
Toledo, su hija bastarda, casada con el heredero del conde, era progenie del duque
con su propia cuñada, Mayor Solís y Toledo, esposa de García de Toledo y Enríquez
(Boase, 2017: p. 179). El matrimonio del duque, y el de su hermano, aguantó, pero
el enlace con los Puertocarrero era de utilidad estrictamente temporal para el
duque. Conseguido un nieto para el conde, Leonor de Toledo fue retirada del com-
promiso ya indigno para casarse en 1504 con el 3er conde de Alba de Liste.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 13
del hijo del Adelantado (el futuro marqués de los Vélez) con la ante-
dicha Magdalena Manrique, ya hermana de su madrastra.
El patrimonio del conde de Paredes en la sierra de Alcaraz,
apodado «las cinco villas», origen de repetidos pleitos con la ciudad
sobre jurisdicciones, seguía siendo una verdadera maniobra envol-
vente sobre el realengo alcaraceño, sobre todo al quedar apuntalado
por la ciudadela que era Riópar. El duque se hubiera dado cuenta
de que en 1501 el cura de la iglesia de Bogarra, en plena Sierra de
Alcaraz, era Juan Soriano, canónigo de la catedral de Cartagena (i.e.
Murcia). Su detentación in absentiam 
más importante que lo que por sí misma parecería, al ser probable-
mente pariente de Gil Sánchez Soriano, arcipreste de Chinchilla y
tesorero del cabildo catedral de Murcia, patriarca de toda una di-
nastía nepotista de clérigos titulares de mú  
debe también a Gil Sánchez el disfrute por el arcediano cartagenero

en la iglesia de la Trinidad de Alcaraz (Ayllón, 2009, pp. 95-110)13.
Pudo parecer entonces que el duque no tenía con qué abrir la
más mínima brecha en la red familiar que le hacía frente, pero una
grieta iba abriéndose espontáneamente a partir de 1490. Desave-

castillo de Casarrubios del Monte (la Sagra), fastuosa obra conjunta
de Don Gonzalo y el Adelantado.
13 En un capítulo cartagenero de 1507, Juan Soriano parece votar por una medida
aprobada por el hijo del Adelantado, pronto a ser marqués de los Vélez (Cooper,

correspondientes a la diócesis de Cartagena, como el Bonillo, eran allegados del
marqués de los Vélez/Adelantado Mayor de Murcia. Aunque falleciera hacia 1513,
-
das, dignidades e inmuebles, pudo poner a disposición del marqués de los Vélez
una red íntegra de presbíteros sumisos en diversas diócesis, válida seguramente
diez años más tarde.
La salina de Bogarra es importante para los rebaños transeúntes de la sierra de
Alcaraz.
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Casarrubios del Monte (la Sagra): el castillo en 1966 (E.Cooper).
En 1499 el anciano Gonzalo volvió a casarse en segundas
nupcias con otra Manrique emparentada, pero no tan estrecha-
mente, con sus tocayos ya mencionados. La dama evidentemente
una cazafortunas, metió sus mesnadas en el castillo para evitar que
pasara a la progenie de su marido. El Adelantado hizo que la Corona
enviara a Hernando Gamarra, comendador de Sagra y Cenete, a to-
mar el castillo en abril de 1501 (no hay el más mínimo indicio de que
la situación fuera un ardid del duque, aunque es lícito sospecharlo).
El fallecimiento del mismo Adelantado, el 4 de abril de 1503,
-
mente los litigantes. La viuda la parte demandante, y el acusado,
el hijo de su marido por el primer matrimonio. El duque pensaría
tener controlada la situación sin involucrarse públicamente, pues
el marido de Magdalena Manrique, heredero del Adelantamiento
(con el patrimonio murciano) se encontraba con las compañías de
su ejército en el Rosellón. La Corona no tuvo prisa ninguna en re-
solver la disputa sobre un castillo inacabado, que pronto iba a ser
una ruina irrecuperable, pues el proceso iba a durar un cuarto de
siglo (Cooper, 1991, pp.185-186). En este tiempo el tercer conde
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 15
de Paredes, Rodrigo Manrique, cuñado del nuevo Adelantado Pedro
(Chacón) Fajardo, era todavía menor de edad pues quien gestiona
los pleitos en nombre del condado es su madre, Leonor Acuña.
Por sí sola la ocupación de Gorgojí en 1497 no pudo ser de
tanta importancia como para atraer una intervención ducal. Más en
relación al caso fue seguramente una circunstancia originada dos
años antes, a primera vista un simple trámite. Se trataba del traslado
a la Mitra de Cartagena en febrero de 1495 de Juan Ruiz de Medina,
obispo de Badajoz. Hasta 1499 no se personó siquiera en su nueva
diócesis, dejándola en manos de dos prebendados de Astorga, su an-
terior sede, Alfonso de Mariana arcediano de Páramo, y su mayordo-
mo Alfonso García del Rincón, abad de Compludo (Rodríguez Llopis,
1994, p. 64). Como el obispo, Alfonso García era también oriundo de
Medina del Campo.
Al morir Juan Ruiz en 1507, siendo obispo de Segovia, Al-
fonso García pensaba que ganaría la elección al título de Abad de
Medina del Campo. De hecho, hubo empate, y estalló entonces una
lucha de bandos entre éste y el prior de Sevilla, un tal Bernardino
Gutiérrez, para hacerse con la dignidad (el derecho pretendido por
Gutiérrez le correspondió seguramente porque Juan Ruiz había sido
canónigo de Sevilla). En el transcurso de las hostilidades era evi-
dente que los partidarios de Gutiérrez eran allegados del duque de
Alba (Cooper, 1991, ap. doc. 314), lo cual hace sospechar que, en
1495, para Juan Chacón era extraordinariamente conveniente tener
en Alfonso García un contacto importante en Medina Campo, centro
del comercio internacional del alumbre14.
Prevaleció en la abadía de San Antolín en Medina del Campo
Alfonso García del Rincón. No terminó seguramente así la asociación
con el Adelantado de Murcia. Entre 1516 y 1523 el abad dotó la co-
legiata de San Antolín de una obra conmemorativa (Campo, 2005,
14 La primera coincidencia de uno apellidado Rincón con los Adelantados de Mur-
cia, es del escribano de cámara Alfonso Rincón, que redactó un contrato en 1485
entre Juan Chacón y diversos interesados en la gestión, precisamente, del alum-
bre (Franco, 1980, p.244). Desde luego, puede ser una simple coincidencia.
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pp. 385-408). No es especialmente suntuosa, pero podemos adivi-
nar por su evidente solvencia que procedia del bolsillo del marqués
de los Vélez. Tampoco desapareció el prior de Sevilla, que seguía
titulándose Abad de Medina del Campo. Hasta su fallecimiento en

la simple frase «abad de Medina del Campo» (De La Peña, 2017,
p. 358)15. El autor de la fuente de los datos es menos suspicaz que
nosotros: dadas las condiciones del tiempo, y la persona que era
el prior, no es improbable que fuera asesinado. El prior endosó la
suspensión del pago de las rentas reales de Medina del Campo, acto
que le colocó al lado de los sublevados. El motivo pudo ser simple-
mente quitarle apoyo popular a García del Rincón. Pero, al hacerlo,
se hubiera apartado del mandato del duque de Alba. Consecuencias
imprevisibles.
Al haberle sido tomada la delantera, el proceder de Alfonso
-
criminarse, como el resto de Medina del Campo, donde, no obstante,
«durante los dos años siguientes» (a 1518) «el sistema comercial
           
feria – sufrió una quiebra total» (Álvarez García, 1986, p.477). De
hecho, la villa de las ferias se mantuvo inicialmente libre del desa-
sosiego social que se centraba sobre todo en las ciudades represen-
tadas en Cortes. Hasta se celebró la feria de mayo de 1520, mediante
una garantía otorgada por la administración del cardenal Adriano
a los comerciantes. Los medinenses respondieron disociándose de
«que Satanás ha levantado en estos reinos»
(Álvarez García, 1986, pp. 480-481).
Todo cambia con el incendio de Medina del 21 de agosto de
1520. El rencor de Antonio Fonseca, el principal responsable, con-
suegro, recuérdese, del duque de Alba, es primordial; sus motivos,
menos aparentes. La intención declarada: hacerse con la artillería
15 Otra fuente fecha su desaparición, erróneamente creo, en los últimos meses
de 1521, pero coincide con nosotros en sospechar un asesinato (Álvarez García,
1986: 563).
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 17
medinense, es tal vez secundaria, a la luz de la referencia desprecia-
tiva del exceptuado Luis de Quintanilla a las «quatro bocas de fuego
que avia en Medina» (De la Peña, 2017, p. 362). A nivel personal,
primaba en la sicología de Fonseca el hecho de que le había sido
prohibido levantar la torre del homenaje de su castillo de Coca. Por
la base actual de la torre, se puede imaginar que la posible altura
alcanzada hubiera permitido no solo ver la torre del homenaje de la
Mota de Medina, sino incluso el pueblo entero, hasta una distancia
de 34 km en la llanura16.
Tal vez más reveladores son los daños colaterales del incen-
dio: centrados en el asolado convento de San Francisco, «el incen-
dio llevó a los mercaderes a la quiebra» (Álvarez García, 1986, p.
491). Destaca entre los perjudicados Álvaro de Bracamonte, vecino
de Ávila, importante exportador medinense de textiles, condenado
por exceptuado del perdón general de los comuneros y posterior-
mente (¡tres años después!) absuelto (Fernández Martín, 1993, p.
103). Parece que era uno de los diecinueve hijos bastardos inéditos
de Álvaro Dávila Bracamonte, nieto de Inés Fajardo Quesada, tía del
abuelo del marqués de los Vélez. Varias fuentes genealógicas pre-
-
terior, aseveración imposibilitada por el segundo apellido.
Sin tener conexión visible con la artillería de Medina, ni ser si-
quiera avecindado en Medina, Bracamonte se encontró como blanco
explícito de los incendiarios de Antonio Fonseca. Perdió probable-
mente cantidad de stock, lo mismo que hubiera sufrido el marqués
de los Vélez al mantener en Medina existencias de alumbres para
comerciar17. Otro damno fue el Doctor Francisco Pérez de Var-
16

económica del acaudalado Fonseca.
17 Lo que queda fuera de toda duda: el 6 de diciembre de 1518, delante de Diego
González de Santillana, notario medinense, una compañía de mercaderes de Bur-
gos se compromete a pagar al marqués 3.000.000 de maravedís por una cantidad
de alumbre (Carvajal, 2015: asiento 6243). En 1486 el quintal de alumbre valía
en la feria de Medina del Campo unos 350 maravedís (Igual, 2014: nota 79). Sin
duda variaba el precio, tanto como la calidad de la mercancía: mutatis mutandis
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gina 18
gas, empresario de las minas de alumbre de Rodalquilar (Almería)
(Fernández Martín, 2015, p. 100). La actividad económica del abad
fue la compra de deudas. El incendio habría destruido la garantía
colateral de los deudores y con ello su capacidad de amortizar. Se
puede deducir que, de ser en principio ecuánimes frente a los re-
beldes, en una sola jornada el marqués, Bracamonte, Alfonso García
del Rincón, que protagoniza el asedio de Alaejos18, y posiblemente
el doctor Pérez de Vargas, se convirtieran en sus partidarios. El abad
de Medina y Compludo iba a morir en 1523, habiendo visto su casa
en Medina ocupada por una sobrina de Antonio Fonseca y su mari-
do Rodrigo Mexía19.
La tumultuosa llegada del nuevo Adelantado a la ciudad del
Segura el 16 de diciembre de 1503 había disipado cualquier ilusión
que el duque pudiera albergar de que Murcia iba a ponerle la al-
fombra roja. Ya el 23 de junio los hombres de Pedro Fajardo habían
secuestrado a la adinerada heredera Leonor de Guevara del monas-
terio murciano de la Madre de Dios, fundación (en 1490) del Deán
de Cartagena Martín de Selva20. El motivo fue entorpecer el matri-
se puede pensar que el marqués entregó algo como 800 toneladas del producto,
-
ción anual acordada en 1485 entre Juan Chacón y los empresarios de sus minas
fue 4.000.000 quintales (Franco, 1980: p. 244).
Del mismo escribano es un protocolo del 13 de junio de 1519, que registra una
deuda de Alfonso García del Rincón al mercader Gregorio de Medina (Carvajal,
2015, asiento 5361) que es acreedor también de Francisco Pérez de Vargas (Car-
vajal, 2015: asiento 2111). De estos valiosísimos fondos, pese a la industria de

ejemplo, Álvaro de Bracamonte y del marqués de los Vélez hubiera debido haber
más de una sola cita.
18 Probablemente la mayor acción militar de los rebeldes (Cooper, 1991: p. 135).
19 Figura en 1522 entre los exceptuados del Perdón General otorgado a los co-
muneros «Don Alonso Hernándes
abbad de Compludo y de Medina», claramente un error de la letra del original y
no de Pérez, como pretende de la Peña). Sus familiares se ocuparon de la recuper-

de averiguación de su culpa fue alojado en el convento de San Antonio de la Ca-
brera, naturalmente franciscano (de la Peña, 2017, p. 369).
20 El documento que sirve de fuente culpa directamente a Pedro Fajardo, pero
estaba todavía en el Rosellón.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 19
monio, aparentemente forzado, de la dama con Juan Hurtado de
Mendoza y Arroniz, vecino de Murcia. Leonor de Guevara es nieta
de Juan Alfonso Fajardo Mendoza, primo del abuelo del Adelantado.
juez de residencia
Diego Romaní, fue denunciado por allegado del Adelantado, y la Co-
rona no tenía más recurso que suspenderle, con lo que parece haber
sido la facción del Adelantado en el Regimiento de Murcia.
El futuro del licenciado Romaní pendía de una balanza: tras
haber servido durante al menos una década como procurador fis-
cal en todo el territorio castellano, estaba frente a la ruina. Parece


Pedro Fajardo, poco favorable para personas de origen converso. La
única explicación plausible es el parentesco de su cuñada, Beatriz
Ordóñez de Villaquirán, casada con el hijo de Aldonza Fajardo, nieta
de un tío del suegro de Juan Chacón. El marido de Aldonza Fajardo,
además, era hermano del primer conde de Paredes, abuelo de Luisa
Fajardo. En marzo de 1504, emplazado para personarse delante del
Consejo Real, y temeroso de la justicia de la Corona, el licenciado
se refugió en el monasterio de San Francisco de Murcia (Gomariz,
2000, docs. 494, 497, 560, 566, 619).

con la orden franciscana:
Los promotores de las fundaciones (franciscanas) son en estos
momentos (siglos XVI-XVII), por la regla general, los Concejos
que en los lugares de señorío han de contar con la autorización
de los señores territoriales, en este caso los marqueses de los Vé-
lez, tradicionales protectores de la provincia franciscana de Carta-
gena, ampliamente también por sus dominios murcianos (Torres
Fernández, 1997, pp. 281-282)21.
21 Inevitablemente, el convento de San Luis obispo en Vélez Blanco, fundado en
1599 por el 4to marqués, es franciscano. Era evidente que Juan Chacón había
querido fomentar el franciscanismo en Murcia, aunque tropezó con ciertos obs-
táculos políticos (Meseguer, 1972).
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gina 20
Originariamente, el patrocinio de los frailes viene de los
Manrique de Lara, más bien que de los Chacón o los Fajardo, en par-
ticular de las Clarisas22 y del monasterio de la Consolación de Cala-
bazanos (Cerrato), a donde se retiró Magdalena Manrique después
de su divorcio del primer marqués. Allí habría encontrado a las dos
hijas menores del matrimonio de Juan Chacón con Inés Manrique, y
a la abadesa Aldonza Manrique, hermana del 3er conde de Paredes.
Los enlaces demuestran la fuerza de la endogamia en esta
época en manos de quien como Pedro Fajardo, decidiera explotarla,
aunque, en el caso del licenciado Romaní, no eran especialmente es-
trechos. La protección franciscana del licenciado en Murcia era la
de los Fajardo/Manrique. Es poco probable que le valiera de modo
permanente. Se puede especular incluso que Diego Romaní debía su

además su propia conexión con los frailes. El primer marido de su
suegra, el converso Antón Núñez de Ciudad Rodrigo, contador mayor
de Enrique IV, a quien no pudo conocer, había sido partidario del
Rey de Portugal en la guerra de la sucesión de los Reyes Católicos23.
Fue perdonado cuando murió en 1479, pero sus bienes quedaban
22 Preferido notablemente por las mujeres de la familia Manrique (Montero, 1996,
pp. 329-330).
23 La persona clave en la reconstrucción de la genealogía de los Ordóñez de Vil-
laquirán es la suegra del licenciado. Hay dos indicios de su segundo matrimonio,
hasta ahora indocumentado. Una hija, cuñada del licenciado, se llama Catalina Or-
doñez de Guzmán, y no de Villaquirán. El otro es el hecho que tenía dos hijas lla-
madas Isabel Ordóñez. La mujer del licenciado no incluye lo de Villaquirán. La otra

que su madre formó en 1487 de lo que había podido salvar del patrimonio de su
primer marido. La hermana de esta afortunada, evidentemente la segundona, se
casó con Pedro Pacheco, primo de Antonio Acuña, obispo de Zamora.

grupos, de Ciudad Real, de Salamanca y de Zamora. Los de Salamanca eran par-
tidarios del Rey de Portugal en la guerra de la sucesión de los Reyes Católicos,
siguiendo probablemente el ejemplo del suegro del licenciado Romaní. Los de
   -
dóñez, era de esta rama. El tutor de su progenie fue el Deán de Zamora, Diego
Vázquez de Cepeda. Esta coyuntura puede explicar cómo pudo conseguir Lucas de
Tauste una canongía en el cabildo ovetense (Cooper, 2019, 96).
Para la confección de la tabla genealógica he hecho uso de AGC Sello marzo de
1487 fol. 1, y RAH Salazar M6 fols. 252-3.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 21
en gran parte en manos del duque de Alba. Fue enterrado en el con-
vento de San Francisco de Salamanca, lo cual pudo ser el comienzo
de orientación de los frailes hacia los oponentes del duque. Una cu-
ñada del licenciado, Francisca Ordóñez, era monja en las Clarisas de
Santa Marina en Zamora.
El empeño en la devoción franciscana no tenía un origen del
todo espiritual: el enlace del padre del marqués de los Vélez con Lu-
isa Fajardo había sido un compromiso político urdido por la Reina
Católica. El momento crucial fue el día del fallecimiento de Juan
Chacón, el 4 de julio de 1503. Sabiendo la Reina que el supuesto
mayorazgo de Cartagena se tambaleaba al borde de la invalidez, con
tan solo ganar la carrera para llegar primero al puerto pudo dic-
tar las condiciones del acceso del futuro marqués al rico legado del
Adelantado. Se había frenado la intervención de sus tías, hermanas
de su difunta madre: precisamente una de ellas, Catalina Fajardo y
Manrique, había sido persuadida a aceptar la regla de San Francisco

-
sadas de una forma u otra (García Díaz, 1989, p.158). La hermana
del marqués, Isabel Fajardo, murió en 1509, y fue enterrada vestida
con el hábito franciscano (como la misma Reina en el convento fran-
ciscano de Granada) en la iglesia de Santa Olalla de Paredes de Nava.
El secuestro era en esta época el estilo del nuevo Adelantado
de Murcia. A principios de 1504 instigó el del mismo deán de Carta-
gena (Cooper, 1991, ap. doc. 274). No podemos pensar que careciera
de conexión con el asunto de Leonor Guevara, ni que fuera ajeno a
otra acción piadosa del Deán, también de 1490, la dotación al em-
brionario convento dominicano en Murcia de los terrenos necesa-
rios para su fundación. Tanto el nuevo Adelantado como su padre
hubieran conocido el estrecho patrocinio de la orden dominicana
por el duque de Alba. Subrayó la posibilidad de una conspiración
contra el Adelantado-
mano del Deán contra los contratistas del alumbre del Adelantado
Juan Chacón.
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Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 23
De hecho, hubo propósitos ocultos: el Deán se autonombró
«prelado» de la comunidad cartagenera de los dominicos, amena-
zando así con socavar la autoridad del Maestro General de la Orden
(Bueno, 1990, p. 22, Rubio, 2000, p. 64). El Adelantado, por su parte,
ofreció como pretexto la excomunión por el obispo Juan Daza de sus
escuderos (Juan Daza era pariente del futuro obispo de Zamora, que
llegó a ser dos décadas después aliado del Adelantado).
Entre 1499 y 1501, es corregidor de Alcaraz el licenciado Or-
tuño de Aguirre. Su alcalde y alguacil es Diego de Dueñas quien, por
ser vecino de Salamanca, podemos suponer otro agente del duque
de Alba24
Camargo, no constando la fecha de su nombramiento. Sus partidari-
os en el Regimiento son Gonzalo Rodríguez de Molina, Juan Sánchez
del Provencio y Martín Fernández de Henarejos. Posteriormente
es corregidor de Salamanca. Parece que el duque consiguió con su
designación alguien favorable a sus deseos (no consta la fecha del
nombramiento, pero coincide con la sucesión de Pedro Fajardo en
el Adelantamiento). Carvajal tenía al menos presencia política. El
27 de abril de 1504 se le autorizó a ir a Plasencia porque su mujer
Guiomar (de Silva) estaba en estado y quería dar a luz en su patria.
El embarazo pudo existir de verdad25, pero el motivo más evidente
tuvo que ser los disturbios que siguieron al asesinato en Plasencia

ó a varios parientes de Carvajal (Diago, 2017, p.262)26.
-
nardino Carvajal y del embajador García López de Carvajal, y primo
24 Interrogatorio sin fecha de una pesquisa posterior sobre el corregimiento de
Ortuño de Aguirre (AMA legajo 60 exp. 8).
25 AMA acta de la fecha (legajo 42 exp. 60). Parece más que dudoso que una mujer
embarazada realizara un viaje de 430 kms. a caballo.
26-
mano del duque, había eliminado prácticamente a los Zúñiga del canonicato ca-
pitular. Al mismo tiempo fundó una nueva catedral, al estilo de los templos geme-
los de Salamanca. En efecto una catedral de los duques (Martínez, 2008: p. 261).
La misión de Gonzalo de Carvajal era, seguramente, conseguir la absolución de
sus parientes.
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gina 24
del padre del cronista Lorenzo Galíndez, éste un allegado del duque
de Alba27.
El fallecimiento de la Reina Católica (26 de noviembre de
1504) y el advenimiento de Juana y Felipe con su correspondiente
clientelismo alteraron el balance político en los órganos de la gober-
nación. En el caso de Alcaraz el arzobispo de Toledo, Francisco Ji-


la Mitra, medida no apoyada por la nueva monarca28.
Se destaca en el concejo alcaraceño en estos años el «comen-
dador» Diego Fernández de Córdoba29. Su orientación política, sin
embargo, queda fuera de duda por la siguiente minuta de acta mu-
nicipal de 30 de marzo de 1507: «rrelacion del comendador Diego
de Córdoba e del maestresala que le den licencia a los de Lietor para
que rieguen con el agua del alcantarilla de Bucerra»30. El maestresala
de los Reyes Católicos es Luis de Córdoba, hijo ilegítimo del primer
conde de Cabra, nombrado alcaide de Requena por Felipe I en 1506
(Cooper, 2019, p. 200)31 e indudablemente un aliado del Adelantado
de Murcia. El comendador es su hijo (Toral, 1994, 916).
Del siguiente corregidor, Sancho Manuel32, no consta ni si-
quiera su presencia en las actas existentes del concejo alcaraceño.
El apellido sugiere que es de origen murciano. Si resulta que con
27 De hecho, tuvo que deber su ascensión, de hijo bastardo de un canónigo a cor-
tesano de los Reyes, enteramente al patronazgo ducal.
28-

(AMA legajo 106 exp. 64).
29 En 1511 es «caballero» de la Orden de Santiago y no «comendador» (Blanco,
2004: p. 539).
30 AMA legajo 42 exp. 7.
31 La presencia en Alcaraz del maestresala responde seguramente a presiones
políticas. Su ocupación de la alcaidía de Requena duró poco. De hecho, le rep-
resentaba siempre allí un lugarteniente y, fallecido el Rey Felipe, el círculo de la
Reina no tardó en intentar sustituirle con parientes del duque de Alba, aunque en

es el apogeo del desorden en Alcaraz, dejando al comendador falto de aliados.
32 El 20 de abril de 1506 su mandato fue extendido por un año más (AMA planero
64).
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 25
ese nombre es el allegado del deán de Cartagena, involucrado en los
acontecimientos de 1504 en Murcia, va a ser lógicamente un con-
trario del Adelantado33.
la reina escribió una carta que le daría al menos un sentido de alivio:
Doña Juana por la gracia de Dios rreyna de Castilla….a vos los
concejos…de las villas e lugares del adelantamiento de Cazorla…..
salud e gracia: sepades que a mi es fecha rrelacion que don Rr-
odrigo Manrrique conde de Paredes quiere venir a la cibdad de
Alcaraz e entrar e se apoderar de ella con ayuda e fabor de don
Pedro Fajardo adelantado de Murcia….por ende…. vos mando que
si por parte de la dicha cibdad o del corregidor de ella vos fuese
pedido ayuda e fabor para la guarda e defensyon de la dicha cib-
dad que le deys e fagays dar e que si el dicho conde de Paredes
o el dicho adelantado….quisiere entrar e se apoderar de la dicha
cibdad… syn esperar otra my carta ny mandamiento….vays luego
poderosamente con la gente de pie y de cavallo de todas las villas
e lugares de ese adelantamiento con sus armas….a la dicha cib-
dad de Alcaraz e vos junteys con el conde de Tendilla my capitán
general de Granada…. Que yo embyo a mandar que vaya alla en
persona poderosamente….y eche fuera a qualquier grande o caval-
lero que en ella estuviera ….dada en la cibdad de Palencia a diez
y nueve días del mes de abril año del salvador IHU XPO de myll e
quinientos e siete años34.
Un mandamiento semejante fue enviado en las mismas fe-
chas a las autoridades de Baeza35, y una carta disuasoria al Adelan-
tado de Murcia36.
33 Parece ser también el seguidor del obispo de Cartagena autorizado en 1504 a
portar armas (Gomariz, 2000: doc. 597).
34 AMA legajo 7 exp. 5 (citado por Pretel). Cabe suponer que había comenzado
en Cazorla el mandato de García de Villarroel, sobrino del arzobispo Cisneros,
como Adelantado, aunque no se le menciona por su nombre en estos documentos.
-
mente había sido Enrique Manrique Ayala, hijo del conde de Paredes), lo cual le
colocó casi en la puerta de Alcaraz.
35 AMA legajo 106 exp. 58.
36 AMA legajo 7 exp. 14.
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El conde de Tendilla no veía, aparentemente, tan grave la
situación (o no quería enfrentarse con el Adelantado de Murcia)37.
Ni siquiera realmente el mismo corregidor, ahora Diego Ruiz de la
Mota veía grave la situación38. El nuevo titular es hermano del obis-
po de Palencia expulsado de la sede palentina en 1520 por el obispo
de Zamora. Se le puede considerar un hombre duro, aunque no no-
tablemente inclinado hacia el duque de Alba. Su presencia permitió
al Regimiento de Alcaraz capear el temporal de la viudez de la Reina
Juana hasta la vuelta a Castilla de Fernando en agosto de 1507, cel-
ebrada en Alcaraz con petardos. Es una exageración tildar a este
tiempo de animadversión como un enfrentamiento con el conde de
Paredes. Pleitos con el conde casi siempre había habido, e iban a
continuar. El corregidor siguió el ejemplo del conde de Tendilla, al
anunciar, según el acta del 26 de julio de 1507, que no tenía tiempo
para intervenir en persona en las disputas con el conde de Paredes,
y nombró en su lugar al bachiller Vaca.
Estas disputas giraron sobre el incumplimiento del padre del
conde de Paredes de la sentencia del 12 de mayo de 1483 obligán-
dole a observar la Ley de Toledo de 1480 con respecto al término de
Alcaraz. La combatividad condal fue de poca duración: una sentencia
de la Real Audiencia del 18 de julio de 1510 mandó al tercer conde
      
ocupado39. De hecho, lo que tuvo que primar fue la inseguridad que
sentía con el rechazo por el Adelantado en 1507 de su primera mu-
jer, hermana del conde, por infecundidad. El 15 de octubre se le iba
a brindar al Adelantado el marquesado de los Vélez. Si el duque le
37 Tampoco estaba tan distante de la situación, pues era comendador santiaguista
de Socuéllamos.
38 El investigador, que ha estudiado las actas del concejo de Alcaraz en esta época
parece haberse equivocado en la transcripción del nombre del corregidor, po-
niendo «Diego Ruiz de la Mora». El escribano sí escribe la «t» y la «r» de la misma
forma en numerosas ocasiones, pero Diego Ruiz aparece inequívocamente como
«de la Mota»1976,
p.3).
39 AMA legajo 40 exp. 46. El dictamen no hizo que el conde renunciara a Riópar.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 27
veía como impedimento a la extensión de su poder hacia el sureste,
la creación del marquesado iba a subrayar esa impresión.
Por otra parte, el nuevo título iba a aumentar la ansiedad de
Pedro Fajardo para tener un sucesor, y su comportamiento tuvo que
ser algo imprevisible en aquellos días. Engendró a un hijo bastar-
do40. Eligió como segunda cónyuge, no a otra dama de la estirpe de
los Manrique, (probablemente porque no había ninguna apta que
estuviera disponible) sino a la hija del segundo duque de Alburqu-
erque, nieta, por lo tanto, del duque de Alba. El enlace, en principio
alarmante para el conde de Paredes, tenía sentido político, pues los
dos linajes compartían un historial de pretensiones al señorío de
Cartagena.
Se inquietaría asimismo el duque de Alba por otros motivos:

de Barrientos «el mozo», sin heredero y, a 28 de agosto, su herma-
no, el obispo de Plasencia, dejando una vacante en la sede durante
más de dos años. En Alcaraz, desde julio de 1507, iba a haber un
intervalo también de dos años hasta la siguiente serie de actas del
concejo conservadas. El vacío coincide no solamente con la amenaza

1507, el así llamado «pleito de cucharetas», que seguramente dejó
huella en el consistorio: la predicación de un franciscano en la igle-
sia de Santa María (Cooper, 2019, p.187)41, condenada por herética
-

40 Lázaro de Santa Cruz. De hecho, no consta la fecha de la intimidad entre los
padres, pero lógicamente ocurrió en este intervalo. Otro es Alonso Rodríguez
(Roth, 2017, p. 392).
41
alumbrados, era el segundo marqués de Villena. En 1507, aprovechando, se su-
pone, el vacío en el gobierno después de la muerte de Felipe I, un tal «Portocar-
rero» ocupó la fortaleza de Huete. Se encargó su hermano Gutierre de Sandoval de
«Portocarrer
como un hijo de Alejo de Sandoval y María Portocarrero, pariente esta de la prim-
era mujer del primer marqués de Villena. «Portocarrero» se alzó en 1521 con los
comuneros de la ribera del Júcar, con motivos relacionados probablemente con la
herencia de los señoríos de la Ventosa y Caracena del Valle, tema inédito. Es un
ejemplo más de la división vertical en la sociedad expuesta por la rebelión.
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La contienda ocurrió previsiblemente entre el fallecimien-
to del Maestro General de los Predicadores Vincenzo Bandelli en
agosto de 1507, y el nombramiento del futuro Cardenal Cayetano
a Vicario General en junio de 1508. Aunque el tema principal de la
cuestión fuera en principio doctrinal, las causas tuvieron que ser
políticas y exteriores a la congregación alcaraceña. De hecho, dado
el patrocinio respectivo del duque y del marqués de los dominicos
y de los franciscanos, es imposible que los dos grandes desconoci-
eran la situación. El prior de San Pablo de Burgos, Pedro de Covarru-
bias, había advertido en el capítulo dominicano celebrado en Milán
en 1505 el peligro de elementos perturbadores en los conventos
-
cia de «la Beata de Piedrahita», que amenazaba escindir de nuevo la
«Provincia de España» (de los dominicos) unida recientemente, en
42.
El dato fundamental de ella es su cercanía al duque de Alba
de quien era, por el lugar de su nacimiento, su vasalla. Sobre el pa-
pel, hubiera podido ser el paladín de los predicadores, sobre todo
al serle obvio al duque que el itinerario de San Vicente Ferrer en

añadir al dominio de la orden dominicana si pudiera controlar la
predicación43. De hecho, el duque se dio rápidamente cuenta de que
promocionar la bala perdida que era «la Beata» fue un grave error
de juicio.
Si el patrocinio de la orden dominicana por el duque de
Alba no fue decisivo para que el marqués se comprometiera con los
franciscanos, las advertencias de su corresponsal Pedro Mártir de
Anglería sí lo pudieron ser. En 1512 le escribe, acerca de «la Beata
de Piedrahita», tanto dominica como protegida del duque: «Audisti
de muliercula quadam in oppido de Piedrahita nutrita…» (Beltrán,
42 Santo Domingo de Alcaraz había aceptado la reforma de su comunidad conven-
tual, probablemente con poco entusiasmo (Hernández Martín, 1981: p. 8).
43 Murcia, Librilla, Alhama, Lorca, Mula, Alcantarilla, Molina, Cieza, Jumilla, Hellín,
Tobarra, Chinchilla, Albacete, Balazote, Villaverde, Alcaraz. Las poblaciones cedi-

en ambas listas.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 29
1939, p.94). La complicidad del clan Manrique/Chacón/Fajardo con
la orden franciscana cubre el reino de Murcia, el obispado de Alm-
ería, la Sierra de Alcaraz y las zonas del Cerrato y Tierra de Campos
(Losa, 2015, pp.32, 95, 108). La cima del involucramiento del duque
de Alba con los dominicos es su subvención al convento de San Este-
ban de Salamanca, con su Estudio General de Teología, sede efectiva
de los Predicadores en España, y la de su hijo fray Juan de Toledo
quien, se supone, fue alumno del Estudio.

hasta ahora totalmente inédito, del consuegro del duque, Juan Puer-
tocarrero, conde de Medellín44«fray Domingo de Sancti
Spiritus» nacido como Alonso Puertocarrero, cuya eliminación de
la carrera sucesoria en el condado dejó al desgraciado conde ir-
reversiblemente en manos ducales (de no haber, desde luego, una
puja interesante de parte del Adelantado Mayor de Murcia). No sería
injusto sospechar que el duque sedujo al vástago, con una educación
-
imiento de Alcaraz, tanto el fraile franciscano como el predicador
murciano estaban actuando fuera de sus legítimas jurisdicciones,
en la frontera entre dos diócesis, lo cual indica un objetivo político

zona, por una punta de lanza (fray Mateo de Valladolid) no del todo

         
   45. Su «teniente» es el licenciado
Briceño, cuyo apellido (abulense) le hace con bastante certeza un
allegado del duque de Alba (Cooper, 1991, pp. 144, 328). Su ejercicio
no carece de incidentes: el 6 de noviembre de 1509 el «procurador
44 Según su testamento redactado el 4 de junio de 1514 (Gutiérrez, 1981: p.221).
Una manifestación inequívoca de la penuria de los condes de Medellín es su venta
en 1495 del juro del almojarifazgo de Sevilla al convento de la Madre de Dios
de Toledo por 325.000 maravedís (Serrano Rodríguez 2012: p.227). Siendo este
convento dominicano, cabe sospechar que el corredor del negocio fue el duque
de Alba.
45 «Es uno de los corregidores más absentistas» (Pretel, 1979, p. 36). En junio de

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gina 30
síndico» Juan de Vandelvira hace constar que ha pedido a Briceño
que no vote con los regidores. Dos días después, en clara represalia
a esta reprimenda, el teniente estipula una multa para cualquier re-
gidor que no asista a una reunión estando presente en la ciudad, o
que llegue tarde (las reuniones tenían lugar a las 9 de la mañana).
» del arzobispo de
Toledo (Cisneros, de nuevo) suplica avecindamiento, con su sue-
gra. El 10 de enero de 1510, Briceño anuncia su ausencia, y nombra
como suplente a Juan Cano quien también, por lo tanto, se supone,
es incondicional del duque de Alba. En tres semanas ha vuelto Bri-

Diego Fernández de Córdoba comenta que su hijo el bachiller Pedro
de Córdoba es «letrado» del consistorio y va a casarse. Propone por
suplente al licenciado Blázquez, con un ducado a pagar al bachiller
Arenas. Estos presumiblemente son partidarios del marqués de los
Vélez.
El poderío oculto del marqués, tal vez un presagio del periplo
de Lucas de Tauste más de una década en adelante, se descubre en
el caso siguiente:
[…] a cinco dyas de hebrero de quinientos e honse años...(los al-
caldes de la Hermandad de Ciudad Real)) mandaron dar a Diego
de Vyllaquiran alguasyl de la dicha hermandad myll e quinientos
maravedís e a vn peon que llevo seyscientos e ochenta maravedís
de veynte dyas que fueron a la cibdad de Murcia a prender a Mar-

el en traycion a la Rreina nuestra señora que fue en la muerte del
alcayde del convento de Calatrava para se alçar con la dicha forta-
leza y porque no auya podido saber donde estava fasta agora que
se supo que estaua en la cibdad de Murcia e traya abito de frayle
por se librar de la muerte. El dicho alguasyl fue y estuvo los dichos
veinte días y hallolo en la cibdad de Murcia y no lo pudo prender
por que se metyo en el monesteryo de Sant Francisco y dio de co-
mer los dichos veynte dyas al dicho peon e a vn espya que llevo46.
46 Archivo Histórico Nacional: Diversos – Hermandades leg. 56/15 (signatura fa-
cilitada por Gómez Vozmediano, 1996, p. 143). Se trata de la Hermandad Vieja de
Ciudad Real.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 31
De ninguna manera hubiera podido eludir la justicia el delin-
cuente sin el apoyo tanto del marqués como del conde de Paredes.
En esta época hay otro espacio de 3 años en las actas del concejo
-
mendador Gamarra, ya instalado en octubre de 1513. Teniendo en
cuenta el contexto, hay que pensar que su nombramiento había sido
hecho precisamente por su experiencia en controlar a los Chacón/
Manrique. No es aventurado suponerle de hecho partidario del mar-
qués de los Vélez, pues el 3 de febrero de 1505, atendido por varios
Adelan-
tado como comendador de Caravaca (Pozo, 2011, p.49).
De momento lo único que tiene que supervisar Gamarra son
las anomalías en el comportamiento del comendador Diego Fernán-
dez de Córdoba. Según acta del 29 de diciembre de 1513, el bachiller
Pedro de Córdoba se había casado con una tal Ana Herrándes. Uno
se pregunta si sigue siendo menor de edad, pues el mismo día de la
Nochebuena pide un permiso para cazar perdices, para celebrar el
desposorio. Igual de curioso es que el comendador y Juan de Luna
¡habiendo sido
letrado del concejo desde 1510!)47.
Frente a lo que parecen irregularidades48 en los nombra-
mientos a los puestos del consistorio, el corregidor elige retirarse
a su encomienda valenciana (14 de febrero de 1514), aunque has-
ta el día 28 no está demostrado que marchara. El 8 de abril vuelve
a asistir al ayuntamiento. No consta la causa de su ausencia pero,
dado el poco convincente pretexto del corregidor Carvajal, se puede
sospechar una razón que no quería declarar. En agosto de 1501, la
Corona le había enviado al inhóspito pie de la montaña alpujarreña
para intervenir en la cobranza por el marqués del Cenete de un im-
47 Acta de 4 de abril de 1514.
48 Estas continúan: El 24 de diciembre de 1519 varios regidores hacen constar
que los descontentos ex   
han denunciado a la ciudad en la Real Audiencia sobre los alferazgo, escribanía, y
obrería. Por desafectos que fueran los interesados, su desagrado no fue tanto que
les convirtiera en comuneros.
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puesto no autorizado a sus vasallos moriscos en la Calahorra y sus
pedanías49. En 1514 ya estaba fallando la iniciativa del marqués en
la Calahorra, y en el plazo de dos años abandonaría para siempre su
adorado castillo para pasar el resto de su vida en Valencia. Es posi-
ble que su amargura le llevara a buscar contra Sagra y Cenete repre-
salias por la actuación de Gamarra, aunque fueran tardías, desde su
señorío de Alcosser de Planes (Comtat), situado a una distancia de
20 kms.
Las irregularidades, y la distribución de los regimientos por
cinco colaciones, se prestaría a la formación de facciones, pero no
ocurre de una forma tan precisa. Simplemente indicios de toma de
partido: del conde de Paredes, se puede decir, son los Córdoba, Pe-
dro Hernández del Busto, Juan de Luna, el licenciado Blázquez, el
bachiller Arenas. Juan de Claramonte, alcalde de la Hermandad en
1518, es pariente de Gil Sánchez Soriano. Diego Vaca parece ser par-
tidario del duque de Alba. La prueba más resolutoria es su patro-
cinio del convento dominicano de Alcaraz (Ayllón, 2015, p.197)50. Al
mismo tiempo, iba a depender del favor de algún potentado, al tener

petrista. En el edilazgo, es el único culpable de una atrocidad. El 5 de
julio de 1514, el contino Juan de Bustamante le denuncia por haber

Bernardino de Montiel. Diego Vaca fue condenado a muerte por el
licenciado Montalvo, pero estaba todavía en libertad en enero del
siguiente año (Cooper, 1991, ap. doc. 383). ¿Protegido por el duque
de Alba? Protegido por alguien.
No se sabe si el comendador Gamarra consiguió controlar la
situación, pues trascurre otro intervalo de tres años sin vestigios de
las actas municipales. Cuando vuelve a comenzar la serie en octubre
49 AGC Sello agosto de 1501 fol. 90.
50-
maba Isabel Manrique. Su hermana, cuyo nombre se desconoce, se casó con un
primo de la primera duquesa de Alba, un hijo del conde de Tendilla (RAH Salazar
M1 fol. 138).
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 33
de 1517, el corregidor es Juan de Villarroel, un pariente de Cisneros,
suponiendo que sea el jurado de Cazorla y después alcalde mayor
Villanueva del Arzobispo, de ese nombre, instalado por García de
Villarroel (García Guzmán, 206, p.10451). Fuerza la credulidad del
lector tener que imaginar que las actas de más de tres años segui-
dos han desaparecido por puro accidente, pues cubren el falleci-
miento del Rey Católico el 23 de enero de 1516 con repercusiones
por todo el reino que hubieron de tener alguna manifestación en
Alcaraz (Prieto, 1975, docs. 2, 40, 56). En Huete el tal «Puertocar-
rero» aprovecha el interregnum para levantar una casa fuerte que
la Corona se apresura a proscribir (Cooper, 1991, ap. doc. 407). Sur-
gieron bandos en el convento de la Merced en Murcia, en Burgos
entre el condestable Íñigo Fernández de Velasco y el obispo Juan
-
diz y Sevilla entre el duque de Arcos y el de Medina Sidonia, entre
el obispo de Segorbe y la orden de Santiago, en Toro entre Juan de
Ulloa y el mismo obispo de Burgos etc. (Cooper, 1991, ap. docs. 405,
406, 408-412, 413-419).
De más trascendencia para Alcaraz iba a ser el golpe del
conde de Paredes quien, el 15 de febrero, expulsó de Huéscar a la
administración del duque de Alba, para favorecer a los partidarios
del hijo del condestable de Navarra. Es evidente el apoyo del mar-
qués de los Vélez (Cooper, 2019, p.46). Se produjo un bloqueo que
duraría hasta 1522, nutrido por numerosas huestes procedentes de
los adelantamientos de Cazorla y Murcia, aunque la constancia del
  
1521 las fuerzas comuneras del obispo de Zamora asolaron la sede
condal de Paredes de Nava (Pérez, 1999, p. 276)52. Resolutoria en
las lealtades del círculo del marqués de los Vélez es la complicidad
con el rescate del obispo de Zamora, no visible antes de mediados
51 En la iglesia de Santiago, de Vélez Blanco, existe la capilla de los Villarroel.
52 En las explicaciones de este acontecimiento, queda una anomalía por explicar.
Fuentes de Nava, que se supone formaba parte del alfoz de Paredes, fue consid-
erado tan comunero que la Corona le escarmentó posteriormente con rigor.
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del verano de 152253.
Unos meses después sustituye a Villarroel en Alcaraz García
Manrique. Por eliminación de otras posibilidades este parece ser
García Fernández Manrique y Villaquirán, señor de las Amayuelas
y pariente del licenciado Romaní. Expresa lo que parece ser su neu-
tralidad con su frecuente ausencia. Quedando el poder ejecutivo al-
caraceño en manos del alcalde mayor, el bachiller Diego de Sacedón,
procurador síndico, toman la iniciati-
va sobre asuntos que normalmente serían responsabilidad del cor-
regimiento. Caracterizan la época constantes alteraciones, sin que
se llegue a la violencia. En una de ellas, según acta del 15 de abril
de 1518 el licenciado Montiel se niega a representar la ciudad por
una dieta de 100 maravedis en un pleito a oír en Medina del Campo
con la frecuentemente litigiosa Villanueva de la Fuente. Se supone
que es pariente del difunto Bernardino, y es más, que el licenciado
Montiel es el teniente con mismo nombre de Rodrigo de Cárdenas,
nombrado corregidor de Cuenca en noviembre de 1519, presum-

En cuanto van llegando las tensiones en el resto de Castilla a
su apogeo, en marzo de 1520 el corregidor simplemente ha desapa-
recido, y el procurador síndico propone ausentarse de igual manera.
Los regidores reconocen el estado de crisis y ponen patrullas en la
ronda. Después de una plaga de langosta amenaza una carencia de
pan. El corregidor no vuelve y el 27 de marzo de 1520 le sustituye
Francisco Mendoza54. El procurador síndico Sancho García propone
53 Corrió ligeramente mejor suerte el Mariscal Gómez de Benavides, casado con
la tía del 3er conde de Paredes, hermanastra a la vez del marqués de los Vélez y
evidentemente su aliado. Los rebeldes al mando del obispo Acuña llegaron a su
señorío de Frómista (Tierra de Campos) el día 1 de febrero de 1521. Impusieron
una multa ruinosa para no asolar al pueblo entero (Revuelta, 1987, p.53). Como
comenta este autor, no fue ningún acto de igualitarismo, sino la simple sustitución
de un señorío por otro. El aplacamiento no iba a ser óbice para que en abril el
mariscal presenciara los acontecimientos ocurridos en el campo de Villalar y la
ejecución de Padilla.
54 No hemos podido averiguar exactamente quién es. Puede ser el Francisco
Hurtado Mendoza nombrado corregidor de Requena el 3 de marzo de 1522.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 35
-
man rotundamente que, si quiere estar fuera, puede acompañar al
regidor Francisco Robres para llevar un mensaje congratulatorio al
cardenal Adriano en la Corte. Robres al menos llega y su recado es
agradecido por el mismo Emperador. El 5 de julio el nuevo corregi-
dor avisa a los regidores de que tiene derecho a tres meses de aus-
encia del corregimiento sin detrimento de su salario y se dispone a

licenciado

vuelve el 9 de septiembre, prescindiendo generosamente de un mes
de sus vacaciones.
Son evidentes las divisiones en Alcaraz. Por una parte, hay
expresiones de patriotismo hasta bajo el corregidor Manrique: el 4
de octubre de 1518 los regidores proclaman «Alcaraz llave de toda
España cabeza de Extremadura». Entretanto ocurrió un incidente
que puso a prueba la solidaridad de los ediles: los repartidores de
la alcabala del año 1518, el bachiller Dos Barrios, Pedro Morcillo y
Gil de Alcaraz, demandaron su contribución al bachiller Guerrero
quien era, o pretendía ser, estudiante en la universidad de Salaman-
ca. El maestrescuela juez conservador de la universidad declaró la
bachiller en una carta de emplazamiento a los
regidores, quienes nombraron a Diego Campillo para ir a Salamanca
a defenderles55. El maestrescuela del momento habría sido o Juan
Hurtado de Mendoza, cuyo ascenso se debía en gran parte al patro-
cinio del duque de Alba, o su tío56.
Por trivial que pudo parecer este asunto, tuvo un anteceden-
te que le hizo cobrar importancia: el mismo príncipe Don Juan en su
capacidad de señor de Salamanca, había mandado al maestrescuela
que no permitiera la presencia en el Studium de religiosos no suje-
55 Acta de la reunión del Regimiento de 10 de mayo de 1519.
56 Como Juan Hurtado se había encontrado en el séquito del Príncipe para concer-
tar su enlace con Margarita de Austria, se puede deducir que, a partir de ese mo-
mento, era incondicional del duque, y lo es claramente todavía en 1521 (Beltrán,
1939, cap. 7).
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tos al prior de San Esteban. Es legítimo especular si el comendador
de la Magdalena fue también portador de este mandamiento, repeti-
do por los mismos Reyes en el año del envío del Príncipe a Alcaraz
(Beltrán, 1939, p. 58-59)57. La amenaza del maestrescuela no hace
que el concejo vacile en su lealtad: el acta del 28 de febrero de 1520
«sus cesáreas majestades».
De hecho, las abundantes declaraciones de lealtad a la Co-
rona hacen que uno se pregunte quíen lo dudaba, y con qué motivo.
Después de la derrota de los rebeldes, es decir en 1521 o 1522, tres
regidores alcaraceños, Francisco Guerrero, alcaide de Beas de Se-
gura58, el licenciado Pedro de Avilés, procurador universal de Alcaraz
y Juan Fernández procurador síndico, compusieron lo que parece ser
un borrador de petición al Emperador que le recuerda los servicios
prestados por la ciudad a la Corona, y que incluye esta demanda:
Y otrosy dezimos que antiguamente en tiempo de los señores
rreyes vuestros progenitores la dicha cibdad de Alcaraz tuvo voz
e boto en Cortes y quando se hasia llamamiento para cortes hera
llamada para que enbiara sus procuradores a ellas como las otras
cibdades de estos rreynos que tienen votos segund parece por es-
tas cartas de llamamientos de los señores rrey don Juan e rrey don
Enrrique e porque a cavsa de las alteraciones pasadas la dicha cib-
dad de Alcaraz syguio el seruicio de vuestra magestad y no quiso
seguir el proposito y dañada yntincion de la dicha cibdad de To-
ledo fueron por ella amenazados muchas vezes y no es razon que
estén debaxo de su voto mas rrazonable cosa es que tenga la dicha
cibdad de Alcaraz voto con que syrua a vuestra alteza como siem-

57 No consta la fecha. La medida fue tan severa que no quiso cumplirlo el mismo
prior de San Esteban y se llegó posteriormente a un compromiso. Es evidente que
en 1519 no se había disminuido la autoridad del maestrescuela.
58 Orden de Santiago. Adquiere la encomienda el 24 de marzo de 1491 Fadrique
Enríquez de Ribera el futuro marqués de Tarifa, primo del segundo duque de Alba
(Valencia, 1999, p. 464). El nombramiento coincide con el enlace del conde de

el hermano del duque, Hernando Toledo, trece de la Orden de Santiago (Cooper,
1991, p. 275, nota 64). De todas maneras, es indiscutible el mando del duque en
esta encomienda.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 37
carta e prouisyon rreal para que la dicha cibdad de Alcaraz tenga
voto en cortes... como se vso e acostumbro antiguamente…59
Está claro qué es lo que determina la política seguida por
los alcaraceños. De pensar que su solicitud sería rechazada por los
gobernadores, se habrían unido abiertamente a la causa popular. La
intervención del alcaide de Beas en el envío al Emperador sugiere
que estaban guiados por el duque de Alba, que tenía sus propios
licenciado Cano,
Luis de Córdoba, Juan Hernández Salinero y el mismo Francisco de
Robres asistieron a una Junta con el común de Montiel. Titubeaba en
ese momento la lealtad de los alcaraceños. Se esperaba como míni-
mo diversidad de opiniones: el día 18 del mismo mes60 se mandó al
herrero mantener abierta la forja 24 horas, y no salir de la ciudad.
Dos días después los regidores consintieron en mandar al Comen-
dador Arroyo a la corte imperial, tal vez con este mismo borrador.
Dado el descontento registrado es lícito especular por qué la
comunidad de Alcaraz no hizo causa común con la de Chinchilla. Un
detallado análisis de los tejemanejes de la oligarquía de Chinchilla
en este tiempo ofrece amplio material para hacer la comparación.
La representación de Chinchilla en Cortes correspondía a Murcia, la
que, como Toledo con Alcaraz, no prestaba mucha atención a sus re-
querimientos. El radicalismo se manifestó en un deseo de separarse
del marquesado, hecho público en 1516 cuando la ciudad, acompa-
ñada de Albacete, se negó a asistir a la reunión tradicional celebrada
en Corral Rubio para acordar medidas de seguridad después de la
59 AMA legajo 7 exp. 4. El recopilador de la documentación le pone fecha de
1517(?). Claramente no lo es, pues ha de ser de la siguiente década. Pese a la

notable que, a principios del siglo XVI, Alcaraz había logrado trasladar la adminis-
tración de la Inquisición en su territorio de Toledo a Jaén, y se había resistido a in-
corporarse a la Hermandad de Toledo/Talavera/Ciudad Real (Domínguez Nafría,
1997, pp. 96, 101).
60 Pretel (1977, p. 36) cita una carta de protesta del conde de Paredes redactada
en las actas de la misma fecha, pero no hemos podido encontrarla. No quiere decir
que no exista – puede constar en otro sitio.
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gina 38
muerte del Rey Católico (Pretel, 1989, p. 231). De la misma forma
que los alcaraceños, Chinchilla intentaba acercarse directamente al
César, en contra de las órdenes del gobernador del marquesado Di-
ego de Vargas. No consta en qué terminó la disensión: como Alcaraz,
Chinchilla no conserva la documentación municipal generada de
1520 a 1521.
Aun faltando este fondo de información es evidente que las
circunstancias de los dos municipios son notablemente distintas. El
10 de mayo de 1520 el alcaide de Chinchilla Gabriel de Guzmán in-
forma al Regimiento que el síndico procurador de la comunidad ahora
es él. Nombra a un pregonero con atributos de verdugo. En efecto ha
usurpado la autoridad del gobernador del marquesado. El parecido
no es con ninguna gestión en Alcaraz, sino con la acción de Juan de
Comas en Requena. Chinchilla sufría graves problemas económicos

la ciudad partidarios del segundo marqués de Villena. La ambiva-
lente situación jurídica de la ciudad, dentro de un marquesado que
había dejado de ser señorial, es probablemente lo que causaba la
fragmentación de grupos políticos: «-
entes procuraba contentar a su clientela, así las tensiones verticales
se disolvían en un juego de fuerzas mucho más horizontal…» (Pre-
tel, 1989, p. 202)61.
61
en Alcaraz:

tierras del marquesado de Villena, por entonces recientemente reinte-
grado a la Corona, una lucrativa actividad económica, el arrendamiento
de rentas, gestionado por un importante grupo de hombres de negocios.
En algunos casos esos recaudadores de impuestos eran originarios del
lugar y llegaron a este mundo del dinero procedentes del sector mer-
cantil. Pero, en su mayor parte los arrendatarios fueron miembros de
-
icadas fuera del señorío, en ocasiones en zonas muy distantes (González
Arce, 2016, p. 6).
El domicilio principal «a distancia» en esta época parece ser Sevilla.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 39
Las últimas actas concejiles del año 1520 conservadas en Al-
caraz tienen una letra clara y ordenada, compuesta sin prisa y que
no presagia ninguna revolución apocalíptica. Pero tal como encon-
tramos en la mayoría de los centros en donde hubo quiebra total del
orden público, e igual que en anteriores momentos de crisis política
en el reino, ha desaparecido allí la documentación que existía gen-
erada por los organismos locales durante los días más álgidos de la
rebelión. Consta después que Alcaraz envió copiosas mesnadas a la
jornada del Romeral, pero en Alcaraz las actas municipales no vuel-
ven a conservarse hasta la del 6 de octubre de 1523.
Actividad consistorial en el entreacto sí había habido: el 19
de diciembre de 1522 Francisco Guerrero, llamándose mensajero
de la ciudad, se responsabilizó de escribir al Emperador reiterando
la lealtad de la ciudad, la malevolencia de los toledanos y las amena-
zas esgrimidas por estos62. Se vanagloriaba de que en 1475 Alcaraz
había expulsado del alcázar al alcaide puesto por el marqués de Vil-
lena, Martín de Guzmán. Omite mencionar que dicho Guzmán fue el
autor de una ordenanza de 1471 sobre la conservación del bosque,
incorporada en la recopilación de las ordenanzas redactada en ple-
na época de los disturbios en 152163.
El escenario, de contienda entre dos entidades paritarias, no
es el que pinta el distinguido historiador francés sobre el campo de
Villalar:
Así acabó la rebelión de las Comunidades. Los nombres más il-
ustres de la nobleza castellana se hallaban presentes en aquella
ocasión: el Almirante de Castilla, el Condestable, el duque de Me-
dinaceli, los condes de Haro, Benavente, Alba de Liste, Castrojeriz,
Osorno, Miranda, Cifuentes, los marqueses de Astorga y de Denia….
La presencia de todos estos aristócratas sobre el campo de Villa-

El gran triunfador de aquel 23 de abril de 1521 no era tanto el
poder real como la aristocracia, amenazada en su función política
62 Archivo Municipal de Alcaraz Legajo 7 exp 3.
63 Y de nuevo en 1538 (García Díaz, 1987: ap. 4).
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  érez, 1999, pp.
314-315).

duque de Alba, ni el marqués de los Vélez, ni tampoco el conde de
Paredes. Su lucha se llevaba a cabo en otros parajes, y no terminó en
el campo de Villalar. Como bien pronuncia el mismo autor, es impor-

En las primeras reuniones de los ediles alcaraceños regis-
tradas después del intervalo de tres años, un cambio notable es el
predominio en las reuniones de Luis de Córdoba, que parece au-
tonombrarse emisario al Consejo Real, y de su nieto Pedro, ya pro-
curador universal, que se tilda de «noble señor», seguramente una
exageración. Las reuniones facilitan tan solo una somera idea de lo
que pudo ocurrir en Alcaraz a consecuencia de la rebelión, especí-
-
cia de un pesquisidor para averiguar «los daños que ha rescebido
esta cibdad en las talas e cortas que azen en ellos» (los términos
de Alcaraz) «los de fuera de la juredicion». Estos estragos habían
sido una constante en la historia de Alcaraz, pero esta ocasión es la

Regimiento pida la intervención de un pesquisidor.
En Murcia triunfó el duque Alba frente al marqués de los Vé-
lez (Cooper, 2019, pp. 66, 69). A la Mancha llegaría en menos de una
década otro tipo de pesquisidor. En 1530 actúa en las Cinco Villas
del Campo de Calatrava el Inquisidor Juan Yáñez (Dadson, 2017, pp.
39, 105, 108)64. El marqués de los Vélez comentó de él en 1526, «el
64 Yáñez había pasado previamente por Ocaña, la encomienda santiaguista más
poblada de la Ribera del Tajo. El autor comenta (pág. 257): «la Inquisición siempre
era una presencia o sombra amenazante para los moriscos del Campo de Cala-

 que Gaspar Rótulo, el empresario
milanés a quien el marqués de los Vélez contrató la producción de Mazarrón du-
rante 9 años en 1532, era vecino de Almagro, en pleno Campo de Calatrava (Fran-
co, 1980: 256). El segundo duque de Alba había fallecido un año antes. El contrato
fue rescindido antes de su vencimiento.
Edward Cooper
ALCARAZ: INTRIGAS Y MANDO A DISTANCIA EN LA ÉPOCA DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA
gina 41
Inquisidor de Murcia Juan Yañez es de Medelyn natural, y por ello
vasallo del nieto del duque de Alba que es conde de ally» (Cooper,
1991, ap. doc. 276)65. El año 1526 es cuando Yáñez es trasladado de
Jaén (y se supone de Murcia) al arzobispado de Granada y, a corto
plazo al arzobispado de Toledo, con el cometido de aplicar con la
mayor severidad los castigos de la Inquisición a los moriscos remisos
en abrazar la Cristiandad con convincente piedad. Para un señor con
muchos vasallos moriscos, como era el marqués de los Vélez, tener
un adversario que controlaba la Inquisición fue la mayor desventaja
posible66. Lo mismo se puede decir para los calatravos de las Cinco
Villas. Parece que la compenetración con la Inquisición por el duque
de Alba en la persona de Juan Yáñez es comparable a su dominio de
los Predicadores o de la corte del Príncipe.
65 Otras fuentes pretenden que Yáñez nació en Casas de Millán (Riberos de Tajo)
en el obispado de Plasencia, igualmente extremeño y fácilmente dominado por el

1544 a los 70 años. Su secretario del secreto, como Inquisidor en Granada, es el
licenciado Guerrero, pudiendo ser el mismo que el bachiller Guerrero, del pleito
de 1518 del concejo de Alcaraz, o incluso el bachiller Juan Martínez Guerrero,
emisario del duque de Alba a Alcaraz en 1497. O ninguno de ellos.
66 Hasta 1525 el marqués había tenido su propio Inquisidor de plantilla, Juan Ruiz
de Salvatierra, enviado entonces a servir en Cuenca para eliminarle por el arzo-
bispo de Sevilla, cuyos tribunales el marqués consideraba dominados por allega-
dos del duque de Alba. El arzobispo entonces era Alonso Manrique, en el papel
partidario del marqués, siendo hermano de su abuela, pero manipulado por sus


en esa capacidad, por ejemplo, en Chinchilla (Ayllón, 2016, pp. 39-54).
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