Carlos Ayllón Gutiérrez
DECADENCIA URBANA Y CLERO CONVENTUAL FEMENINO. SOBRE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE CHINCHILLA
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DECADENCIA URBANA Y CLERO CONVENTUAL FEMENINO.
SOBRE LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA ANA DE
CHINCHILLA.
URBAN DECLINE AND FEMALE CONVENTUAL CLERGY.
ABOUT THE FOUNDATION OF THE MONASTERY OF SANTA ANA
IN CHINCHILLA.
Carlos Ayllón Gutiérrez
Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel»
Albacete, España
ayllongut@hotmail.com
Cómo citar este artículo: Ayllón Gutiérrez, I. (2021). Decadencia urbana y clero
conventual femenino. Sobre la fundación del Monasterio de Santa Ana de Chinchi-
lla. Al-Basit (66), 279-300. http://doi.org/10.37927/al-basit.66_7
Recibido/Received: 13-02-2021
Aceptado/Accepted: 03-05-2021
ABSTRACT: The article analyses
the Dominican monastery of San-
ta Ana in Chinchilla (Albacete)
-
tence, and it clears up errors and
the only historical research which
have been carried out so far. The
study also delves into the social
RESUMEN: El artículo analiza el
monasterio dominico de Santa
Ana de Chinchilla (Albacete) du-
rante sus primeras décadas de
y dudas vertidas en el único es-
tudio hecho hasta la fecha sobre
dicha comunidad. Asimismo pro-
fundiza en las relaciones sociales
-
PLY/19/180501/000187 Ciudad, economía y territorio en Castilla-La Mancha
durante la Baja Edad Media
Fondo Europeo de Desarrollo Regional y adscrito a la Universidad de Castilla-La
Mancha, a desarrollar entre 2020 y 2023.
Abreviaturas: AD = Archivo Dominicano; AGS = Archivo General de Simancas;
AHPAb = Archivo Histórico Provincial de Albacete; AHPDA = Archivo Histórico de
la Provincia Dominicana de Andalucía (Convento de Santo Tomás, Sevilla); IEA =
Instituto de Estudios Albacetenses; OPSEC = La Orden de Predicadores en el sureste
de Castilla (libro).
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En el año 2002 el Instituto de Estudios Albacetenses publicó
la obra La Orden de Predicadores en el sureste de Castilla (Las fun-
daciones medievales de Murcia, Chinchilla y Alcaraz hasta el Concilio
de Trento), en la que se efectuaba un primer acercamiento mínima-
mente detenido a la historia de los conventos dominicos de la actual
provincia de Albacete. Aunque desde entonces los estudios histo-
han permitido una ampliación de nuestros conocimientos así como
más precisión los pormenores de la evolución política y social de
la región comprendida en el mencionado estudio. De igual modo,
los títulos centrados en entidades eclesiásticas también han pro-
gresado no solo en sus enfoques descriptivos e institucionales, sino
en el análisis de las relaciones de las instituciones clericales con el
entorno social y político.1 Hay que indicar además la importancia
1 Resultaría inabarcable reseñar la cantidad de títulos surgidos a tal respecto.
Para un primer acercamiento, aparte de la obra citada (Carlos Ayllón Gutiérrez,
La Orden de Predicadores en el sureste de Castilla. Las fundaciones medievales de
Murcia, Chinchilla y Alcaraz hasta el Concilio de Trento, IEA, Albacete, 2002), véan-
se Aurelio Pretel Marín, El señorío de Villena en el siglo XV, IEA, Albacete, 2011; y
C. Ayllón Gutiérrez, Iglesia rural y sociedad en la Edad Media
and economic relationships esta-
blished between the local society
and the monastery nuns, whose
survival was affected by the lack
of foundational endowment and
by the decline that the city suffe-
red during that time.
KEY WORDS: Order of Saint Do-
minic (Preachers), Late Middle
Ages, Chinchilla (Castile), nuns.
y económicas establecidas entre
la sociedad comarcal y las reli-
giosas del monasterio, el cual vio
afectada su supervivencia por la
falta de dotación fundacional y
ciudad en la época.
PALABRAS CLAVE: Orden de
Santo Domingo (Predicadores),
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que se ha dado en las últimas décadas al estudio de las comunida-
sentido, intentamos contribuir con la aportación del momento y cir-
cunstancias sociales del nacimiento de una de estas comunidades,
así como indagar en las relaciones que la comunidad estableció con
su entorno social.2
1. ANTECEDENTES
Una de las comunidades estudiadas en la citada obra es la
de Chinchilla, de la que bien poco es lo que se conoce. Sí sabemos
que el emplazamiento de su casa conventual se buscó intramuros de
la ciudad en la octava década del siglo XV, en el solar de lo que debió
En tal caso, el templo islámico quedó habilitado para el culto cristia-
no cuando en un incierto momento del siglo XIII se transformó en
una pequeña ermita dedicada a Santa Catalina, tal vez derivada de
una anterior iglesuela de ayuda parroquial, que en todo caso en el
siglo XVI todavía conservaba una suerte de torre alminar «labrada a
la morisca» (Carrilero et al., 2014, 90).
Antes de abordar los detalles de su fundación, señalaremos
-
Chinchilla. Se trataría de una maniobra que consolidaría la segrega-
ción de la villa albacetense con respecto a la población matriz, cul-
minada en lo político en noviembre de 1375, en correlación con el
auge político albacetense y su acumulación monetaria. Esto hechos
pudieron incidir en la necesidad de Chinchilla de recuperar cierta
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2
Ángela Atienza López, Tiempo de conventos: una historia social de las fundaciones
en la España moderna
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frailes de la Orden de Predicadores y erigido en la última década
287).
Previo al nacimiento de la comunidad dominica masculina
resolución, si bien todo ello apuntaría a una fundación de religio-
sas prematuramente abortada. Cuando poco después el convento
de frailes predicadores emitía sus primeros balbuceos y necesitaba
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tista. La institución canónica de la hermandad o al menos un reco-
nocimiento de la misma se realizó a instancias de fray Nicolás de
Valladolid, Maestro General de la Orden (de obediencia aviñonesa)
entre 1394 y su fallecimiento en diciembre de 1397. No obstante,
cabe la posibilidad de que esta cofradía constituyese en realidad
una comunidad de la orden tercera, tal como se sugiere que suce-
dió en una congregación dominicana análoga fundada en Orvieto un
siglo atrás en honor de Santo Domingo y Santa María (Pretel, 1992,
145, nota 207; Henderson, 1990, 299).3
No obstante, en tiempos del marqués de Villena Alfonso de
ignoramos a qué orden pertenecían. De acuerdo con los registros
de escrituras del marqués, las religiosas eran representadas en los
pleitos y cuestiones administrativas por procuradores laicos rela-
cionados con don Alfonso, como Sancho Pérez de Ayna y Asensio
Martínez. En el supuesto de que fueran profesas dominicas, en nin-
gún caso recurrieron, como era habitual, a frailes de la misma orden
3 La concesión a los y las cofrades se recoge en un documento en papel muy de-
teriorado (Véase
posterior nota marginal indica «1397», año coincidente con una escritura «en
pergamino (sic) más pequeña espedida en Roma (...); tiene un sello de cera con un
», tal como describe el inventario hecho para la Desamortización de Men-
dizábal. AHPAb, Clero-
tarse entre 1391 y 1393, cuando fray Nicolás fuera Maestro Provincial de España.
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ya insostenible hipótesis de una temprana fundación conventual
masculina de hermanos predicadores. Sin embargo, la comunidad
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cunstancias del momento y la falta de ingresos materiales. Según
de tal comunidad en esa época (Gil García, 1987, 629). Más bien se
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2. LA FUNDACIÓN Y LAS FUNDADORAS EN TIEMPOS DE REFORMA
Pero al acontecer la guerra civil de sucesión las circunstan-
-
dominicas en la ciudad de Chinchilla. Allí, precisamente en la década
de los setenta Guiomar Gómez y su hermana Ana Gómez de la Mota,
ninguna comunidad de religiosas, iniciaron sus gestiones para pasar
a una vida de íntimo fervor religioso constituyendo un beaterio. Si
eran propiedad de la familia de las hermanas, cabe inferir que estas
habilitaron una de sus estancias para hacer en ellas vida de recogi-
miento aprovechando la contigüidad de la ermita de Santa Catalina
prestado al triunfo militar de Isabel I frente al marqués de Villena y
del obispo Lope de Rivas (fallecido en 1479). Tengamos en cuenta
que el levantamiento de la ciudad en favor de Isabel de Trastáma-
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ñados Miguel Soriano y el bachiller Gil Sánchez Soriano, arcipreste
de Murcia.4
Se trataba del primer paso para llevar a efecto la institución
de un monasterio acogido a la regla de San Agustín y con el hábito
de Santo Domingo, como era acostumbrado en este tipo de fundacio-
de la donación) como cardenal, vicecanciller de la Iglesia de Roma y
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-
dicadores (y en concreto de los frailes dominicos de la ciudad), un
hecho que agilizaba la transformación del pequeño beaterio en un
monasterio de la orden segunda dominica. Finalmente, un breve de
Inocencio VIII sancionó —el 24 de octubre de 1489— la fundación
en donde tendrían su templo, y les facultaba para convivir en clau-
sura y observancia (Ripoll, 1732, 55-56).5 Muy poco después hemos
de situar la elección del título de Santa Ana para el monasterio y la
adquisición de una talla de Santa Ana, la Virgen y el Niño gótico-
renacentista que presidía el altar mayor de la iglesia conventual.
concesión de la ermita de Santa Catalina, adyacente a su casa, con lo
que evitaban vincularse a una parroquia, como en el caso del mo-
nasterio de dominicas de Zamora, y de este modo gozarían de una
mayor autonomía (Álvarez, 2015, 32).
4
Albacete, Mss 7980.
5 Véase apéndice documental, II.