II. VARIA
Emilia Cortés Ibáñez
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A TOMÁS NAVARRO TOMÁS
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ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A
TOMÁS NAVARRO TOMÁS
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOKES A
TOMÁS NAVARRO TOMÁS
Emilia Cortés Ibáñez
Instituto de Estudios Albacetenses
eci100@telefonica.net
Cómo citar este artículo: Cortés Ibáñez, E. (2022). Andrés Sánchez Rodríguez
evoca a Tomás Navarro Tomás. Al-Basit. (67), 391-416. http://doi.org/10.37927/
al-basit.67_11
Recibido/Received: 8-1-2022
Aceptado/Accepted: 20-2-2022
ABSTRACT: Dr. Sánchez Rodrí-
guez gave a lecture in La Roda,
in honour of Tomás Navarro
Tomás, in 1984. In it, he pres-
ents the guest of honour´s human
and professional side, based on
talks between Menéndez Pidal
and Victorio Macho, among oth-
ers. He dwells on times spent in
the Casa de Cultura of Valencia in
1937 and on a trip to the URSS.
This lecture is an example of ac-
cessibility and admiration for the
distinguished philologist.
KEY WORDS: Tomás Navarro To-
más, Andrés Sánchez Rodríguez,
La Roda, Menéndez Pidal, Victo-
rio Macho, Casa de Cultura de Va-
lencia, 1937, trip to the URSS.
RESUMEN: En 1984, el Dr. Sán-
chez Rodríguez dictó una confe-
rencia en La Roda, en homenaje
a Tomás Navarro Tomás. En ella
presenta la faceta humana y pro-
fesional del homenajeado; para
ello se apoya en conversaciones
mantenidas con Menéndez Pidal
y Victorio Macho, entre otros. Se
detiene en momentos vividos en
la Casa de Cultura de Valencia en
1937 y en el viaje a la URSS. Esta
conferencia es una muestra de
proximidad y admiración al insig-

PALABRAS CLAVE: Tomás Na-
varro Tomás, Andrés Sánchez
Rodríguez, La Roda, Menéndez
Pidal, Victorio Macho, Casa de
Cultura de Valencia, 1937, viaje a
la URSS.
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1. INTRODUCCIÓN
En 1984 se celebró el centenario del nacimiento de Navarro
Tomás. Con tal motivo, el 4 de marzo, la Peña Rodense en Madrid
llevó a cabo un acto de homenaje en el que, presidido por José Bono,
Presidente de Castilla-La Mancha, participaron el profesor Teudiselo
Chacón Berruga, el Gobernador de Alicante, Ramón Bello Bañón, y
Juan José García Carbonell, letrado de Albacete. Tres meses después,
el 17 de junio, fue el Dr. Andrés Sánchez Rodríguez, en representa-

Navarro Tomás en una conferencia dictada en La Roda.
Albacete y La Roda dieron realce a esta efeméride con la pu-
blicación del volumen Tomás Navarro Tomás (1884-1979) (1988),
en el que se recogen aspectos, semblanzas del rodense, a través de
plumas nacionales y extranjeras que, por medio de los diferentes

profesional.
La Conferencia del Dr. Sánchez Rodríguez, que hoy traemos
aquí, debió formar parte de este volumen, pero, por causas que des-
conocemos, no fue así. Dicha Conferencia ha llegado al Instituto de
Estudios Albacetenses gracias a Roque Navarro Moraté, siempre
-
más1. Este Instituto no ha dudado en darla a conocer, como siempre
hace con todo lo que forma parte de nuestra provincia en general y
de Navarro Tomás en particular2.
2. DR. SÁNCHEZ RODRÍGUEZ: SU BIOGRAFÍA
El autor de esta Conferencia, el Dr. Andrés Sánchez Rodrí-
guez, hijo del médico titular de La Roda, D. José Sánchez Sevilla, na-
ció en Madrid en 1905, en la Costanilla de San Andrés, fue bautizado
1-
cumento, agradecimiento que viene de antiguo por toda la ayuda que siempre me
ha prestado en el tema de Navarro Tomás.
2 Agradecemos la colaboración de los hijos del Dr. Sánchez Rodríguez -autor de
la Conferencia-, Dr. Andrés Sánchez Hidalgo y Dña. María del Carmen Sánchez
Hidalgo.
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en la Iglesia de San Andrés y se le puso el mismo nombre que a su
abuelo materno.
Llegó a La Roda a los pocos días de su nacimiento y siempre
se ha considerado rodense. Hizo sus primeros estudios de bachille-
rato en esta ciudad, en el Colegio Politécnico, dirigido por D. Juan
Ramón Ramírez, y aquí creó amistades de por vida: Hipólito, hijo de
D. Juan Ramón; Paco Sánchez, su primo hermano; Antonio Moral,
Ceferino Talavera… La segunda enseñanza la llevó a cabo en el Ins-
tituto de Albacete.
D. Andrés es médico otorrinolaringólogo, licenciado por la
Universidad Central de Madrid. A partir de 1925 estuvo al lado del
Dr. Antonio García Tapia como alumno interno; en 1933 trabajó en
el Instituto Hispanoamericano de Otorrinolaringología (ORL), fun-
dado y dirigido por García Tapia, quien también dirigió su tesis de
doctorado, La reserva alcalina en la otosclerosis, en la que aportó
gran cantidad de casos clínicos con los resultados de su seguimien-
to.
Figura 1. Dr. Andrés Sánchez Rodríguez, durante
el Servicio Militar (Archivo privado familiar)
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Figura 3. Iglesia de San Andrés, Madrid
Figura 2. Costanilla de
San Andrés, Madrid
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Figura 4. Iglesia de
El Salvador, La Roda
Figura 5. Foto familiar, de izquierda a derecha: José, Dña. Salud Hidalgo, María Antonia,
Dr. Sánchez Rodríguez, Andrés y María del Carmen (Archivo privado familiar)
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Durante la Guerra Civil estuvo encargado de la cátedra de
ORL en Madrid y del Servicio de la especialidad en el Hospital de San
Carlos. Fue catedrático de Otorrinolaringología en la Universidad de
Granada en 1948, en la de Salamanca en 1950, en la de Zaragoza en
1970, donde se jubiló en 1975. Además, fue otorrinolaringólogo de
la Sanidad Nacional, de Prisiones y de la Seguridad Social. A él se
debe hacer la laringectomía parcial horizontal supraglótica en un
tiempo y no en dos como se venía haciendo hasta entonces. Fue uno
de los creadores de la Sociedad Española de Otorrinolaringología
y Patología Cérvico-Facial, y secretario general de la misma hasta
1982. Tradujo del alemán el Manual de otorrinolaringología, de Paul
Kaiser, Madrid, Editorial Morata, 1943.
-
ron una de sus calles. Su familia está muy enraizada en La Roda. Su
abuelo, Francisco Sánchez Cuchillo, maestro; su padre, José Sánchez
Sevilla; y Enrique, hermano de este último, fueron colaboradores de
la prensa local, ayudaron a Alejo Berruga Marco al lanzamiento de
El Eco de la Razón, en 1892. El Dr. Andrés Sánchez Rodríguez murió
en Santander el 29 de abril de 1997.
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3. SU CONFERENCIA: UNA APROXIMACIÓN
La presente Conferencia nos acerca a la faceta humana de
Navarro Tomás. Arranca con la mirada infantil del conferenciante
y se va acercando al personaje a través de opiniones tan certeras
como la de Menéndez Pidal, maestro de Navarro Tomás; o la de su
-

La opinión de Menéndez Pidal refuerza lo que ya sabíamos:
la valía del rodense; pero también añade la ausencia que siente: «Le
hubiera querido tener junto a él en aquellos momentos, largos y di-
-
to trabajo les había costado reunir».
Muy interesantes son las vivencias de un compañero en la

las conversaciones del Dr. Sánchez Rodríguez con Macho nos apro-
 
vivió a partir de su salida de Madrid, en noviembre de 1936. Esta
salida no fue suave, al igual que la estancia en la Casa de la Cultura
de Valencia, antes Hotel Palace, buen hotel en la importante arteria
valenciana de la calle de la Paz (Cortés Ibáñez, 2014). A Victorio Ma-
cho lo instalan en: «un salón destartalado, con olor a ratas, en unión

mejor no acordarse».
Es la Valencia, foco de cultura de la España bélica, que aco-
ge el II Congreso Internacional de Escritores para la defensa de la
Cultura, inaugurado el 4 de julio de 1937 por el Presidente del Go-
bierno, Juan Negrín, en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de
Valencia.
Macho plasma sus sentimientos a su salida de esta ciudad:
«El Gobierno nos había tomado por bandera a unos cuantos hom-
bres que nada teníamos que ver con sus manejos políticos».
El viaje a Rusia tampoco fue tan idílico como se ha pretendi-
do mostrar, a pesar de las palabras de Antonio Machado: «La Rusia
actual, la gran República de los Soviets, va ganando de día en día la
simpatía y el amor de los pueblos, porque toda ella está consagrada
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a mejorar la condición humana»3, y de que algunos, como Constan-
cia de la Mora, mandasen allí a sus hijos. Macho concluye sobre di-
cho viaje: «Una vez más habían pretendido, sin conseguirlo, servirse
de nosotros como bandera política».
La importancia de Navarro Tomás en Puerto Rico también
queda recogida por Sánchez Rodríguez y ello, a través del Cancione-
ro musical popular manchego, nos lleva a la faceta más próxima, más
familiar, de más agradecimiento y más humana de Navarro Tomás:
«Todo cuanto soy se lo debo a su abuelo, D. Francisco Sánchez Cuchi-
llo».

generosidad las conocemos de la mano de la directora del Centro de
Estudios Históricos, profesora Pescador del Hoyo.
-

dos rodenses insignes: al homenajeado y al autor de la misma.
Figura 6. Victorio Macho, autorretrato (1932)
3 Archivo de la Guerra Civil de Salamanca (AGC). Fondo Político Social, Barcelona,
87, Legajo 124.
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Figura 7. Victorio Macho y su esposa limeña Zoila Barrós Conti, ante la casa-estudio de
Roca Tarpeya, estrenada en 1954 (Archivo Municipal de Toledo)
Figura 8. La Vanguardia, 3 de abril de 1937, p. 4.
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

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Figuras 11 y 12. Jerónimo Roure Pérez, Noticias relativas al Congreso de intelectuales
para la defensa de la República Española. Exposición Por la defensa de la Cultura, en el
Centro del Carmen de Valencia.
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Figura 13. María Teresa León, secretaria de la Alianza de Intelectuales, acompañada por

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Figura 14. Tomás Navarro Tomás
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4. LA CONFERENCIA
CON MOTIVO DEL PRIMER CENTENARIO DEL NACIMIENTO
DE
D. TOMÁS NAVARRO TOMÁS
Por el Profesor D. ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE MEDICINA
La Roda, 17 de junio, 1984
PAISANOS Y AMIGOS,
Es para mí un gran honor dirigiros la palabra en nombre de
la PEÑA RODENSE en Madrid, a la que represento en este momento
por designación de su Presidente, en virtud del acuerdo de la Junta
Directiva. Lo hago con gran emoción y con sumo gusto, ya que se
trata en este acto del homenaje que por La Roda, y en La Roda, se
tributa a su preclaro hijo, D. Tomás Navarro Tomás, en virtud de: su
-
dad, proclamada por cuantos le conocieron y trataron en su tierra
y fuera de ella; por su cariño a nuestro pueblo, que todos, unos más
y otros menos, habéis sido testigos de ello cuando tuvisteis algún
contacto con él; y por los avatares por que pasó en el transcurso
de su vida, con motivo de su exilio, de lo que yo tuve conocimiento
detallado por persona que le acompañó buena parte de él, y a lo que
me referiré más adelante. Por todo ello bien merecía D. Tomás este
RECUERDO-HOMENAJE que en la fecha del primer centenario de su
nacimiento le ha organizado su pueblo querido.
Ya la Peña Rodense en Madrid se adelantó a este entrañable
recuerdo de nuestro admirado paisano, en su 76 Cuerva Literaria,
celebrada en Madrid el día 4 de marzo pasado, con un acto presidido
por el Presidente de Castilla-La Mancha y en el que, después de unas
emocionadas palabras de nuestro presidente de la Peña Rodense,
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glosaron con gran brillantez y exquisito juicio crítico la gigantesca

admirable libro, que constituye su Tesis Doctoral, sobre el habla
de La Roda; el Excmo. Sr. Gobernador de Alicante, D. Ramón Bello
Bañón, que tan gratos recuerdos dejó en la ciudad levantina, sobre
todo en el campo cultural; y D. Juan José García Carbonell, ilustre le-
trado de Albacete, pero «ALMA Y VERBO» de La Roda, en el que uno
no sabe qué admirar más: si su gran talento, su dicción maravillosa
elegantemente rodeña o su generosidad sin límites. La amistad y el
paisanaje para él son verdaderas hermandades y con el cariño de
hermanos nos trata y admira a todos.


tener que representar a aquellos que tan en alto pusieron el pedes-
tal en que colocaron a nuestro querido D. Tomás Navarro; natural-
mente que él lo merecía con creces. Procuraré salir airoso de este
trance relatando de un modo anecdotario una serie de facetas de
D. Tomás, acaso solo conocidas por mí, en virtud de las relaciones
directas o indirectas que con él tuve, para que lleguéis a conocer

Para empezar, quiero que sepáis que yo personalmente ape-
nas conocí a D. Tomás. Solo le vi cuando yo era un niño y vivía con
mis padres y hermanos en la calle de la Balsa (hoy Ramón y Cajal).
Sentado en el escalón de mi puerta, le veía pasar camino del Paseo
de la Estación en las tardes veraniegas. Paseaba muy lentamente e
iba siempre acompañado por una señora, que me parecía muy gua-
pa, y a veces con algún paisano. Pronto me llamó la atención y le
pregunté un día a mi padre: «Papá, ¿quién es ese señor forastero?».
Mi buen padre aprovechó la ocasión para darme su primera lección
que, como todas las suyas, no he olvidado. «Ese señor forastero,
como tú le llamas, no lo es, es de La Roda, y viene aquí a ver a sus
padres y a descansar porque ha estudiado mucho y tiene que des-
cansar. Hoy es un profesor de la Universidad de Madrid, a pesar de
su juventud, ya que tiene nueve años menos que yo».
Nunca he olvidado estas palabras. Así se iniciaron mis cono-
cimientos sobre la personalidad de nuestro homenajeado. Después,
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me han hablado de él una gran cantidad de personas y respetable
número de personalidades. De la mayoría de ellas os hablaré, pero
quiero destacar dos de ellas que han supuesto para mí un impac-
to tan grande como el que dejaron en mi mente las palabras de mi
padre. Estas son dos: El Maestro de D. Tomás, D. Ramón Menéndez
Pidal; y su última discípula (yo la llamo la última porque es la última
que me ha hablado de la personalidad de D. Tomás), mi nieta María
Antonia Díaz Sánchez, estudiante de Filología Moderna en la Facul-

D. Ramón Menéndez Pidal, Director de la Real Academia de
la Lengua, fue el Maestro de D. Tomás y fue, asimismo, cliente y en-
trañable y venerado amigo mío, con esa amistad que comienza y se

que perduró entrañable hasta su muerte. Yo le asistía en su Casa de
la Cuesta del Zarzal (hoy calle de Menéndez Pidal) de Chamartín de
la Rosa y charlábamos de todo, pero sobre todo de la universidad, en
su biblioteca. Pero, sabiendo él mi origen rodense y la admiración
que hacia él me transmitió mi buen padre, la conversación termi-
naba siempre con el tema Navarro Tomás. Me enseñaba los traba-
jos y anotaciones en los que nuestro paisano había intervenido y
lamentaba siempre su ausencia, viendo con clara perspectiva que
esa ausencia iba a ser eterna. D. Ramón le quería mucho y admiraba
enormemente su colaboración. D. Ramón nunca quiso exiliarse a pe-
sar de las enormes presiones que se hicieron sobre él. Temía dejar
la casa, el archivo y la maravillosa biblioteca que con tanto esfuerzo
y trabajos había conseguido formar.
D. Tomás seguirá teniendo discípulos a través de sus obras,
pero yo designo a mi nieta María Antonia como su última discípula
porque es la última persona que me ha hablado de él como Maestro.
Al decir en la mesa, cuando celebramos las Bodas de Oro de matri-
monio, mi mujer y yo, que teníamos que ir a La Roda con motivo
de un Homenaje a D. Tomás Navarro Tomás, mi paisano, me dice
mi nieta: «Abuelo, pero ¿D. Tomás es de La Roda?». «Sí», le digo, y
me contesta: «Pero si es mi Maestro, mejor dicho, es el autor de los
  
-
tral de España.
Emilia Cortés Ibáñez
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A TOMÁS NAVARRO TOMÁS
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Así pues, veis que conocí a D. Tomás:
-
neos, a través de la presentación que mi buen padre de él me hizo.
2º. A través de su Maestro, D. Ramón Menéndez Pidal.
3º. Por mediación de uno de sus compañeros de exilio, el
gran escultor D. Victorio Macho.
4º. Por los discípulos de D. Tomás, de los que hablaremos
más adelante.
5º. Por sus obras y trabajos, publicaciones todas que en gran
parte me han servido, como veréis, para realizar alguno de los as-
pectos de mi actividad como catedrático.
De mi conocimiento en La Roda de la personalidad de D. To-

decirse que no le conocí. Sin embargo, no me asombro cuando veo
sus retratos. El que publica la Enciclopedia Francesa Larousse en
su última edición española (Tomo XIV, pág. 6.916), que es el último
que he visto, nos lo muestra como un hidalgo manchego, corpulen-
to, grueso y con las características faciales más acusadas de un pare-
cido sin igual con su hermano Roque, a quien sí recuerdo perfecta-
mente. D. Ramón Menéndez Pidal me lo descubrió, en el transcurso
de numerosas entrevistas que durante la guerra tuvimos, como un
ser trabajador, infatigable, tenaz, noblemente ambicioso, inteligente
en extremo, con gran claridad en sus conceptos, memoria envidia-
ble, respetuoso con los superiores y amable hasta hermanarse con
ellos, con los colaboradores y discípulos. Para él, Navarro Tomás
era el discípulo predilecto cuya ausencia añoró siempre. Le hubiera

nuestra guerra, para que le ayudara a conservar lo que tanto traba-
jo les había costado reunir y que él solo consiguió conservarlo va-

todo cuanto encerraba y encierra el archivo y biblioteca de Menén-
dez Pidal habla el hecho de lo que ha realizado la Fundación Areces
en estos días. Esta Fundación se ocupa de la conservación y difusión
de la obra de los grandes españoles contemporáneos, y ha adquiri-

vivió y trabajó el g
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in de evitar la dispersión de su biblioteca, su archivo y su
valioso fondo documental, en donde existe gran parte del trabajo de
nuestro paisano, aunque en esta venta todo ha sido cedido en per-
manente usufructo a la Fundación Menéndez Pidal, presidida por D.
Rafael Lapesa. Como veis, la sociedad española también se preocupa
y ayuda a la investigación, ya que esta biblioteca y su archivo docu-
mental son utilizados por los investigadores.
También conocí a D. Tomás a través de alguno de sus com-

palentino, paisano de Berruguete, D. Victorio Macho, a quien conocí
y visité varias veces en su Casa Museo de la Peña Tarpeya de Toledo.
Victorio fue un conversador ameno y delicado en sus expresiones,
buen escritor, dibujante maravilloso y escultor sin par. En gran parte
de España existen innumerables obras de este artista y presidiendo
todas ellas su gran Cristo del Otero, en un inmenso cerro que existe
a la vera de Palencia. Pero donde la obra de Victorio Macho está más
patente en grandes monumentos es en la América hispana, en His-
panoamérica, donde pasó gran parte de su vida de exiliado antes de
volver a España e instalarse, cual Greco de la escultura, en Toledo.
En mis visitas a su estudio hablábamos de todo y, en el trans-
curso de nuestro charlar, salió La Roda y Navarro Tomás tras de ella.
Mucho me apenó cuanto de él me dijo. Les intimidaron a marchar
a Valencia ante el cerco de Madrid. Las presiones fueron muchas y
la mayoría cedió a ellas, entre los cuales ellos dos se encontraban.
Fueron trasladados a la llamada Casa de la Cultura en la que existían
consignas políticas que manejaban con cierta habilidad. A Victorio
Macho le instalaron en un salón destartalado, con olor a ratas, en
unión de otros tres compañeros, los tres psiquiatras.
«Inmediatamente -dice- llamé al encargado diciéndole: “mire
vd., amigo, yo no tenía el menor deseo de salir de Madrid, se me ha
traído a Valencia casi a la fuerza. Comprendo que en estos momen-
tos es peligroso reclamar, pero sepa Ud. que yo lo hago, y que aquí,
en este local y con esta aglomeración, no estoy dispuesto a dormir”.
En vista de esta actitud se me destinó -dice- un cuarto pequeño al
lado del que ocupaban mi madre y mis hermanas».
Sigo con las palabras de Victorio Macho:
Emilia Cortés Ibáñez
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A TOMÁS NAVARRO TOMÁS
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«Pasamos una temporada en aquella Casa de la Cultura, de
la que es mejor no acordarse, pero, como los ministros se batían en
retirada, dejaron Valencia y fueron a instalarse en Barcelona. En-
tonces, la Casa de la Cultura se cerró metiéndonos en un hotelucho
incómodo. EL GOBIERNO NOS HABÍA TOMADO POR BANDERA a
unos cuantos hombres que nada teníamos que ver con sus manejos
políticos. Después, cada uno se defendió como pudo y Navarro To-
más y yo nos encontramos en París hasta donde llegó la «mano» de
nuestro Gobierno. Fuimos enviados -dice Victorio Macho- José Ber-
gamín, Navarro Tomás y yo a Rusia», adonde Victorio iba en calidad
de Delegado de Bellas Artes, con la misión de visitar y enjuiciar los
museos de Moscú.
«Nuestra primera visita fue al ministro de Instrucción Pública
y Bellas Artes, un hombre con sus perfiles agudos de judío ruso, que
nos recibió con una corrección artificiosa que nos hizo comprender,
desde el primer momento, que nuestra presencia y personalidad
le tenían sin cuidado. El viaje fue penosísimo, el frío inolvidable y
siempre acompañados por un periboche o cancerbero que no nos
dejaba ni a sol ni a sombra. Una vez más habían pretendido, sin con-
seguirlo, servirse de nosotros como bandera política».
Los discípulos de D. Tomás que han contribuido a que yo le

Letras, representados en esta charla por mi nieta María Antonia,
que todavía utilizan sus libros para formarse universitariamente.
Para quien como yo se dedica, o mejor dicho se ha dedicado, con
ahínco a la enseñanza, esto tiene un valor inconmensurable. Los li-
bros, por buenos que sean, tienen una vigencia que suele durar po-
cos años, y buen ejemplo de ello son los libros de nuestro Himalaya
de la Ciencia Española, D. Santiago Ramón y Cajal. Sus libros ya no
se estudian en ninguna universidad española. Así pues, el valor de D.
Tomás, en virtud de la vigencia de sus libros en nuestra universidad,
es extraordinario.
Ahora voy a referirme, sin menosprecio para la juventud, y
mucho menos por formar parte de ella mi citada nieta, voy a refe-
rirme, os digo, a dos grandes discípulos de D. Tomás que mucho me
hablaron de él. Son dos profesoras, dos mujeres. Una, profesora de
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Filología de la Universidad de San Juan de Puerto Rico. La otra, la di-
rectora del Centro de Estudios Históricos de Madrid, profesora Pes-
cador del Hoyo, hermana del insigne cardiólogo, D. Luis, ya fallecido.
Asistía yo -cosa rara en mí- a un cóctel en el Consulado de
Puerto Rico en Madrid, al que fui invitado por ser el cónsul un mé-
dico eminente que había estudiado su carrera en Madrid junto a mí.
-
lología en su país. Inmediatamente le dije era paisano de un gran
-
mente sería su gran maestro D. Tomás Navarro Tomás. Con ello, se
estableció entre nosotros una amigable camaradería y hablamos de
todo y, entre otras cosas, de la belleza de La Mancha, tan ignorada
por tantos, y de los valores de esta maravillosa tierra. Por fortuna,
yo llevaba en mi cartera -que había dejado en el guardarropa- un
ejemplar del Cancionero Popular Manchego4, publicado por aquellos
días por su autor, el director de la Banda Municipal de Tomelloso,

nuestra tierra. La Roda no fue generosa en su aportación.
Le mostré el libro, que le encantó, y me dijo: «Cómo le gusta-
ría a D. Tomás este libro, porque es extraordinario y porque añora
-
déis suponer mi respuesta fue: «¿Cuándo vuelve Ud. a Norteamérica
y cuándo podrá ver a D. Tomás?». Me dijo que dentro de una sema-
na. «Pues entonces -le contesté- dentro de una semana su maestro
tendrá el libro, puesto que ya es suyo». Se lo dediqué, acompañando
al ejemplar de una tarjeta mía en la que le decía que era hijo del mé-
dico de La Roda, D. José Sánchez Sevilla.
Su respuesta fue inmediata al recibo del libro, con una carta
en la que me agradecía el obsequio por su gran valor y por proceder
del hijo de un amigo al que recordaba siempre, por lo mucho que
admiraba como médico, como conversador y como poeta. «A este
4 Pedro Echevarría Bravo, Cancionero musical popular manchego, Madrid, CSIC,
1951. Con posterioridad apareció con portada de Gregorio Prieto, prólogo de José
Subirá, “Sinfonía de la Mancha” por Federico Romero y epílogo del maestro Jacin-

Dr. Sánchez).
Emilia Cortés Ibáñez
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A TOMÁS NAVARRO TOMÁS
gina 413
respecto quiero recordarle -me decía- lo mucho que me complacía
acompañarle algunas veces en sus visitas para oírle recitarme algu-
nos de sus poemas costumbristas de nuestro pueblo, entre otros,
“La vendimia, “El carnaval”, “El castillo de La Roda, y tantas otras
que he olvidado por el mucho tiempo transcurrido».
Como veis, esta carta es admirable. Pero aún recibí de él otra
que me emocionó mucho y que demuestra la gran generosidad de D.
Tomás. Al poco tiempo y con motivo de haber obtenido yo por opo-
sición la cátedra de mi especialidad, a los doce días de la muerte de
mi buen padre, me escribe D. Tomás con el doble motivo, dándome
la enhorabuena y deseándome fortaleza espiritual para sobrellevar
la pérdida de un ser tan querido. Me decía cosas tan amables y ca-
riñosas, que siempre que las leo caen las lágrimas, pero una de las
más emocionantes con las que termina su carta es la que escribe en
este párrafo que os transcribo:
«TODO CUANTO SOY SE LO DEBO A SU ABUELO, D. FRANCISCO
SÁNCHEZ CUCHILLO, QUE ME LLEVÓ DESDE LAS PRIMERAS
LETRAS A LA UNIVERSIDAD. POR CONSEJO REITERATIVO DE ÉL,
MIS PADRES DECIDIERON SACRIFICARSE PARA QUE ESTUDIARA.
ÉL FUE MI VERDADERO MAESTRO. QUIEN ASÍ OBRÓ CONMIGO, Y
CON TODOS SUS DISCÍPULOS, BIEN MERECÍA TENER UN NIETO EN
LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA».
Otra de sus discípulas, con la que he tenido un gran contacto
en el transcurso de muchos años, es la profesora Pescador del Hoyo,
directora, como ya he dicho, del Centro de Estudios Históricos, [a la]
que también dirigió D. Tomás. Por ella he conocido las facetas del
saber, la bondad y la generosidad de nuestro paisano.
He conocido a D. Tomás, también, por sus publicaciones, por
sus trabajos, en una palabra, por sus obras que, en gran parte, tienen
tanta relación con mi especialidad. La voz se engendra en el cam-
po de mi especialidad. La fonética es una ciencia auxiliar dentro del
     
unos campos muy encontrados. Por eso yo he tenido que conocer
las publicaciones de D. Tomás. Una de las tesis doctorales por mí

en gran parte en los trabajos de Navarro Tomás. La Conferencia Ma-
gistral pronunciada por mí en la apertura del Curso Académico en la
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Universidad de Salamanca, año 1963-64, versó sobre FISIOPATOLO-
GÍA DE LA VOZ CANTADA, Y SE INSPIRÓ EN GRAN MEDIDA EN LOS
TRABAJOS DE ÉL.
En la última edición de la Enciclopedia Mundial -de origen
francés- Larousse dice de nuestro paisano: «NAVARRO TOMÁS, TO-
MÁS, FILÓLOGO ESPAÑOL, nacido en La Roda en 1884, muerto en
Norteamérica en 1979. Discípulo de Menéndez Pidal, dirigió el La-
boratorio de Fonética del Centro de Estudios Históricos. Se trasla-
dó a Estados Unidos donde profesó en la Universidad de Columbia
desde el año 1939 al 1953. Editor de Garcilaso y Santa Teresa, es
autor de Manual de pronunciación española (1944) y Métrica espa-
ñola (1956). Otras obras suyas son: Estudios de fonología española
(1946), El español en Puerto Rico (1958), Documentos lingüísticos
del Alto Aragón (1957). Real Academia Española, 1933».
En suma y para resumir, queremos destacar que la labor de

-
ves mundiales; por lo cual La Roda debe expresar con cariño entra-
ñable su recuerdo imperecedero a quien tanto le ha honrado en el
Mundo de la Ciencia
Andrés Sánchez Rodríguez
Castelló, 41
Madrid
Figura 15. Tomás Navarro Tomás
Emilia Cortés Ibáñez
ANDRÉS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ EVOCA A TOMÁS NAVARRO TOMÁS
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Figura 16. Escultura de la «h» minúscula, en homenaje a Navarro Tomás,
situada en el Paseo de la Estación de La Roda, mayo de 2021. «Me han
propuesto sin pedirlo yo y me han elegido por unanimidad»
(Carta de Navarro Tomás a Juan Guerrero, Madrid,
5 de diciembre de 1933).
AL-BASIT 67 • PÁGS. 391-416INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES «DON JUAN MANUEL»ALBACETEISSN 0212-8632
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CORTÉS IBÁÑEZ, E. (2014): Cartas de Navarro Tomás a Juan Ramón
Jiménez y Juan Guerrero (1917-1950). Albacete: Instituto de
Estudios Albacetenses.
VV.AA. (1988): Tomás Navarro Tomás (1884-1979). La Roda: Excma.
Diputación de Albacete-Excmo. Ayuntamiento de La Roda.