En una noche de tormenta, las calles de una pequeña ciudad enclavada en la llanura manchega no sólo quedaría iluminadas por los rayos que acompañaban a una lluvia incensante. Sus ciudadanos asistirían sorprendidos a la inauguración del alumbrado eléctrico y todo cambiaría a partir de entonces. La electricidad provocaría, al igual que en el resto del país, profundos cambios económicos, sociales y, en general, en la mentalidad de las gentes de aquella época y modificaría incluso la fisonomía urbana de aquella ciudad de encuentros situada en plena meseta castellana.
Los testimonios de Azorín y José S. Serna, junto a los de obreros, empresarios, ingenieros, políticos, fotógrafos y ciudadanos en general, pretenden ilustrar parte de esta historia industrial en la llanura.